23 octubre, 2010

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: en espera del Día Verde floridano

Mañana domingo será un Día Verde por estos lados, no por consignas ecologistas, sino por el show que darán Green Day, en el mismo Estadio Municipal Bicentenario de La Florida que tuvo antes a Kiss y Rage Against The Machine, con los teloneos de BBS Paranoicos y Attaque 77, los cuales conforman un evento de punk rock contundente, pese a que los de Billy Joe Armstrong vienen a defender un 21ST CENTURY BREAKDOWN (2009) que redunda groseramente en la pompa de AMERICAN IDIOT (2004), este último tan bien recibido, que llegó a adaptarse para un musical de Broadway.

Uno de los méritos que Green Day acumulan en su historial: ser una de las bandas, junto a The Offspring, cuyo éxito comercial en los noventa reavivó el interés masivo por el punk, claro que en una órbita más melódica, para que los puristas no me escupan. Sus discos iniciales, DOOKIE (Reprise/EMI, 1994) e INSOMNIAC (Reprise/WEA/Warner, 1995), son por igual colecciones de píldoras veloces y frescas. Al calor de "Burnout", "Longview" (o cómo conocí a Green Day viendo el OK de Jorge Muñoz y la Mano Peluda, oh), "Basket case", "She", "When I come around", "Brat", "Stuck with me", "Geek stink breathe" (ese video del dentista...) y "Walking contradiction", se representa el desencanto originalmente adolescente, y sus calambrazos nos dejan despiertos. Claro que en esa iniciática también habían esbozos de sus posteriores riquezas progresivas: el desbarre final de "Chump", la sección media de "Welcome to paradise", el comienzo de "Panic song", los giros de "Brain stew"... Así comenzaban su camino verde (por la marihuana, se sabía) Billy Joe et al., y lo prosiguen en Santiago como corresponde.

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