CAJA MALDITA: algo muy bien hecho

En esto de las adaptaciones, vía telefilmes, miniseries o teleseries, de episodios y/o personajes importantes para la historia de nuestro país, no todo ha sido óptimo. Mirar un rato las aventuras de MANUEL RODRÍGUEZ, GUERRILLERO DEL AMOR (Chilevisión), sólo nos hace desconfiar a tutiplén de cómo es presentado el cautivo de Til Til, en plan más amatorio que otra cosa, ya lo decía Patricio Manns (salvan el honor, eso sí, Alfredo Castro como Casimiro Marcó del Pont, y los siempre dignos Willy Semler y Catalina Pulido). Misma sensación de indiferencia provoca MARTÍN RIVAS. AVENTURAS DE UN SOÑADOR, con el personaje ficticio, creado por Alberto Blest Gana, encarnado por Diego Muñoz; de esa cuestión sólo miraría la carita tierna de María Gracia Omegna. Mas, a pesar de esas cojeras, lo decía el Guerrillero de verdad, ¡aún tenemos patria, ciudadanos!, en caso de sintonizar ALGO HABRÁN HECHO (POR LA HISTORIA DE CHILE) (TVN, domingo 22:00, repetición jueves 23:45). El formato original es de procedencia argentina, en específico de Cuatrocabezas (sí los mismos de CAIGA QUIEN CAIGA y LA LIGA, garantía de calidad total). El historiador Manuel Vicuña y el actor Francisco Melo (búsquenlo también en 40 Y TANTOS) son los guías que nos ayudan a recordar una vez más los acontecimientos claves en la historia de Chile, visitando los lugares referidos, aportando datos y presentando recreaciones muy bien logradas. Resulta más dinámico y cercano este asedio, cuando las ilustraciones que facilita la productora Sólo por las Niñas (que ya aportó lo suyo a Una Belleza Nueva y Achú, recuerden) se dignan a aparecer. Hasta el momento, en el elenco de recreaciones hemos visto algunos rostros conocidos: Álvaro Espinoza fue Pedro de Valdivia en el primer episodio, Begoña Basauri fue la Quintrala en el siguiente, y Marcial Tagle se puso el traje de Bernardo O´Higgins recientemente. ALGO HABRÁN HECHO... cumple de verdad con su objetivo: como Melo decía al principio, hacernos saber que todos esos nombres que aparecen en las calles, los monumentos, las plazas o los humildes pasajes, no son meros adornos, sino que son de gente que hizo algo importante por un Chile que espera su Bicentenario. A fin de cuentas, esto es algo muy bien hecho.