27 febrero, 2019
MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: no eres tú, Jani, son ellos
Anoche, la Quinta Vergara fue de nuevo ese coliseo romano barato donde las pifias renacen. Ya había pasado el show salsero de Marc Anthony, un cantante de efectividad comprobada al que le reconozco talento, pero al que no soporto puesto a volumen insano tipo cárcel de Guantánamo. Lo importante era quedarse a ver a Jani Dueñas, comediante y mujer multimedial: ha colaborado con 31 Minutos, puesto su voz en LA DIVINA COMIDA (Chilevisión), conducido programas radiales tanto en señal FM (Es lo que Hay, El Nuevo Taco) como en señal online (DUEÑAS DE SALAS, junto a su colega Paloma Salas, en Big Radio), y también escribió un libro llamado GATOS GORDOS, PISCOLAS Y OTRAS VOCES QUE ME PERSIGUEN. El Festival de Viña volvía a recibir a una estandapera, tal como lo hizo con Natalia Valdebenito, Jenny Cavallo Faray o la colombiana Alejandra Azcárate. El desafío estaba en cómo alguien de nicho podía conectar con un público más transversal en el papel. Ella tiró de hablar de su trabajo en LDC y de sus experiencias personales. Pero la chusma inconsciente, como dice esa canción de Evelyn Cornejo, fue aumentando el decibelaje de la pifiadera. Ella se confundió y trató de ir por los palos más puntudos, como su falta de frecuencia coital en el último tiempo. Pero nada. Por un lado trataba de ser digna y seguir adelante, pero por el otro la desesperación fue invadiendo su mente. Si equivocaba los recursos era porque ya se puso adverso el ambiente. Así como Luis Fonsi le dice a Demi Lovato: no eres tú, soy yo, acá no es ella el problema, son ellos, el (poco) respetable que no es capaz de enganchar con un humor de cariz feminista, que sólo quiere el chiste fácil. Jani Dueñas se merecía toda la atención, pero no hubo caso. María Luisa Godoy, en su condición de coanimadora, la apañó. De muchas observaciones en torno a este traspié de la hija de un fallecido relator de fútbol, me quedo con una de una amiga personal, la cantautora Natalia Molina, apuntando a la parcialidad masculina presente: Hombres sin educación, pifiando escondidos desde la masa. Acto más maricón no existe. Y duele de verdad. En la conferencia de prensa, Janita dijo que fue una noche tan mala, que daban ganas de emborracharse. Pues bien, si yo hubiera sido su amigo, la acompañaba como paño de lágrimas. Porque a ella hay que hacerle nanai. ¿Importa más un grupúsculo de pelotudos que no saben nada de nada y creen que el feminismo es malo y que los cuerpos desnudos de ellas sólo deben estar al servicio de sus pajas, o es más relevante que la revista Time la haya destacado entre los 10 mejores shows de stand up comedy actuales? Lo segundo todo el rato. Detesto dármelas de superior o de desclasado, pero a veces me da asco ser chileno, me da rabia ver que hay compatriotas que atornillan al revés, que votan por corruptos, que defienden lo indefendible. Pero de todos modos sigo amando a Chile. Y yo quiero que avance de la mano con el siglo XXI. En todo sentido. Le guste a quien le guste, ¡GRANDE JANI DUEÑAS!
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