pasó de ser el paraíso del tonto solemne*
a ser el reflejo de la confusión legítima
la mezcladora del veneno que llega junto con la miel aparente
o un elemento del que la gente "normal" reniega (porque prefiere gastar en trapitos o en el
/concierto del ídolo multinacional)
/concierto del ídolo multinacional)
o lo acepta en bocas que abusan del almíbar y de los clichés de turno.
Sólo los despistados de ley como el mameluco que esto escribe
son capaces de necesitar de la poesía,
de besar su lienza tensa y difícil
y a la vez llena de ternura y justicia
caminando entre los autos o pisando las hojas del otoño o huyendo de los falsos carnavales.
Si el mundo plano quiere seguir jugando a ignorar el verso puro y duro, libre o medido al estilo
/canónico
/canónico
qué le vamos a hacer,
él se lo pierde.
*Nicanor Parra, "La montaña rusa"
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