De la peli hemos hablado largo y tendido, es verdad. Y más de uno se preguntará cuánto hay de cercanía o lejanía con ella en este libro de Ms. Gutiérrez. Cercanía hay, pero no de un modo replicante. Varias veces la muchacha hace guiños al filme, incluso contando el final de lo que ocurría con el personaje de Alicia Rodríguez (III, 12). Cuando comienza a escribir, Camila ya se marca un gol contando que cuando era más niña encontraba bello a Hernán Büchi (!), y que en su momento Tanza Varela fue al casting de la peli (menuda nota al pie, eh). Luego ahonda en el modo que sus padres y sus educadores le hablaban de Dios, metiéndole en el coco ideas evangélicas tremendamente estrictas y castradoras; algunas de ellas pueden dar terror (I,12) o dar risa por ridículas (I, 14). Mientras eso pasa, Camila esboza sus primeros encuentros secsuales (ella lo escribe así) y continúa desmontando la batería conceptual de la fe cristiana ortodoxa con la que debe lidiar, revisando libros canutos sobre sexualidad made in the USA (I, 19) o percatándose que las canciones evangélicas tienen un subtexto cochinón (I, 21), aunque en su origen esté la abominación de la lujuria. Hacia el final de El Lloro... encontramos a Camila descubriendo lo potente que es la masturbación (I, 37) y admitiendo que por su corazón Cristo ya no pasa (I, 42).
Más tarde verá cómo las herramientas digitales, léase mesenyer (sic again) y Fotolog le permiten encontrarse con otras personitas, dejando a un lado a su tercer novio "oficial": otras chicas mejor dicho, una de ellas fanática de Axé Bahía y que baila a solas echándose aceite de comer (¡puaj!) y escarcha en la piel (II, 4), aunque lo más guácala de Ze_petizza es que tenía un novio que le ponía una bolsa cuando andaba con la regla, bolsa que ese cerdo acababa oliendo feliz. Nuestra protagonista intenta buscar una explicación para sus asedios lésbicos una y otra vez (III, 11 y 12), se involucra con una chica parecida a una de las Sailor Moon (de ahí viene la calentura-sailor-moon en la peli) y conoce a Marialy. Y lo que queda del libro habla de una estadía en el hospital (III, 1), el viaje a Sundance para presentar el filme (III, 9), una carta en que la hermana de Camila decide interpelar a los Pastores por su conducta equivocada (III, 4) y un par de mails que Madre y Padre le escriben por separado, intentando demostrarle un cariño que por lo que le cuenta su hermano chico no es algo completo. Por eso mismo, a diferencia de lo que ocurría con Daniela en J&A como largometraje, lo de Camila herself en estas páginas tiene final abierto: lo que pase entre ella y sus papis es una incógnita que sólo ella sabe cuándo se despejará. Nada queda ahí, todo sigue en movimiento. JOVEN & ALOCADA, el libro, es un complemento estupendo de la película, cuyo lenguaje es muy valederamente atrevido, aunque sólo me irrita que la chica a palabras terminadas en "dad" les ponga la c como cierre. El apéndice es todavía más revelador: un Diccionario Canuto que no se aleja del tono general del libro.
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