MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: ¿de qué Chilly Willy me hablan?

No precisamente se está hablando de ese hermoso pingüino que aparecía en El Show del Pájaro Loco. Los adolescentes que andan siempre en la búsqueda de nuevas sensaciones, ponceando como dictan los predicadores del reggaetón, luciendo sus raros peinados supernuevos todo el rato, o volándose con un frasco de Axe, ahora nos presentan su más reciente tendencia: el Chilly Willy, que consiste en aspirar alcohol. O sea, no basta con emborracharse vulgarmente: hay que hacer que el copete entre por la ñata, para alcanzar taaanta alucinación, y de paso quedar con los ojos hinchados y parecidos al personaje que da nombre a esta práctica. Ayer oí decir a alguien que lo del Chilly no es nuevo, y viene de fines de los ochentas. Mmm... Puede ser cierto, pero más lo es que hay que ser muy ahueonao para seguir esa corriente. Pobres ninios chilenos. Propongo, um bongo, reemplazar la espantosa campaña contra la marihuana del CONACE (el perro Don Graf lo hacía mejor) por una que combata lo que acá denuncio. Diría asá: VUELVE A SER INTELIGENTE (SI PUEDES): NO HAGAS EL CHILLY WILLY, QUE QUEDARÁS PEOR QUE MARADONA DESPUÉS DE TANTO JALE, Y NO HABRÁN IMPLANTES DE TITANIO QUE TE AFIRMEN LA ÑATA, COMO LOS QUE TIENE MICK JAGGER.