MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: una Cuncuna que apesta a sexo, drogas y reggaetón

En dos pasadas, la gente de EN BOCA DE TODOS (Canal 13) ha acertado nuevamente al mostrar el caso de un local clandestino, encontrado en una casa de Santo Domingo con General Baquedano, dentro del Barrio Yungay. La supuesta discoteque respondía al nombre de La Cuncuna, y allí solían asistir adolescentes para divertirse, bebiendo a destajo, drogándose y teniendo sexo sin pudor, soltando las amarras aberrantemente. Como la casa es clandestina, no había salidas de emergencia, las instalaciones eléctricas eran precarias, y ni hablar del olor unitariamente asqueroso (claro, hay veces en que los olores del alcohol, el sexo y lo demás se hacen una sola materia condenable) que imaginamos se expelía. La Municipalidad de Santiago ha clausurado 4 veces este sucucho; la porfía tremenda de sus dueños no ha cesado, y vale la pena considerar que en una intervención policial, una de tantas, osaron retener a la agente encargada. Considerando que la desconfianza no acaba nunca, capaz que vuelva a alzarse esta Cuncuna, con pendejos que no salvan a nadie, gente que en su formación va cayéndose feo, pelotudos que piden ¡déjennnos vacilar!, como si la diversión libertina fuera la única alternativa, como si sólo los flaites merecieran el éxtasis, pero ¿para acabar con la cabeza en el retrete? Cualquiera de los que lea este post va a estar de acuerdo conmigo de que hasta uno de esos prostíbulos disfrazados de cabaret es más decente que La Cuncuna. Y otra para los que deseen defender ese lugarcito: péguense la cachaíta, cabros, eso no es el Pachá, ni el Club Luxx, ni el CBGB, ni la Blondie, para señalarlo como el lugar para divertirse. Ojito con lo que hacen, que no nos da lo mismo, aunque muchas veces queramos sólo ver el bloque deportivo (por salud mental, claro). ¿Sexo, drogas y reggaetón? No compre, amigo.