PAPELERÍA (o poesía): Nueva arte poética

No escribo para nadie
porque ya nadie lee
-salvo un grupo de desprejuiciados
que se olvida de la hora del té
o del informe del tiempo.
Mis sílabas son perlas
que caen a un pozo desbordado
con cerveza extrafuerte
y orina indeseable.
Y cada una de mis palabras
forma un montón de bloques
helados,
             la alambrada esquizoide
donde lo que es deja de serlo
o lo que fue será.
                           Escribo porque necesito
darle una vía de escape
                                     (sin escapismo)
a mi ser cercado por el ruido
de los monstruos capitalizadores.
Escribo para sentirme menos extranjero
en mi propio lugar.