INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: Aracataca y el mundo entero se quedan sin Gabriel García Márquez

A este bloggero le resulta muy potente que ayer, justo el día en que cumple 34 (y también cumplieron un año más dos talentazos de la música chilena como Joe Vasconcellos y Pedropiedra, esos sí son importantes), haya dejado de existir el periodista y escritor colombiano Gabriel García Márquez, que actualmente residía en Ciudad de México. Desde fines de los noventa venía luchando contra un cáncer linfático, y su deceso fue causa de una recaída producto de ese cáncer, el cual afectaba a su pulmón, su hígado y sus ganglios. Hablar de Gabo (diminutivo cariñoso que en el diario El Espectador le puso el también fallecido Eduardo Zalamea Borda, quien fue subdirector de ese periódico) es hablar de una figura emblemática de la literatura hispanoamericana. Un hombre que se ponía el overol del periodismo escrito en tiempos donde ese oficio no era carrera universitaria, sino que se ejercía en largas conversaciones dentro de cafés o en bares, ocupando la noche en discutir acaloradamente pero con argumentos. En su dimensión puramente narrativa, Gabriel creó tomos que han resistido el paso de los años, siendo el más importante CIEN AÑOS DE SOLEDAD (1967), cuyo alumbramiento fue exigente e impetuoso, al punto que el manuscrito original sobrepasaba las 1.000 carillas; ni me imagino cómo tuvo que recompaginar para llegar al resultado definitivo, una historia que ocurre en el pueblo ficticio de Macondo, con muchas ramas cual árbol amplio, delineando un imaginario lleno de magia, de situaciones absurdas, de vida y muerte a la larga. Una de las obras más destacadas del boom narrativo latinoamericano, ese momento donde Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Guillermo Cabrera Infante (quien publicó TRES TRISTES TIGRES ese mismo 67) brillaron ante los ojos lectores del mundo. En 1982 se quedó con el Premio Nobel de Literatura, un año después de publicar CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA, novela corta redactada como si fuera un reportaje, donde un tal Santiago Nazar es asesinado por supuestos líos con una mujer. Tal como se dice en la cuña de Telesur que pongo arriba, los habitantes actuales de Aracataca, el pueblo que vio nacer a Gabo, ya están preparando los homenajes a este maestro de maestros. No sólo ese humilde pueblito colombiano se queda sin él: América Latina y el planeta entero lo lloran. He tenido la grata experiencia de leer EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA (1961) y las mencionadas CIEN AÑOS DE SOLEDAD y CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA. Y a propósito de esa última obra, asumiendo que lo que sigue me puede sonar a imitación del tono de Cristián Warnken, sería una buena propuesta tributar a Gabriel García Márquez tomando un café con un poco de aguardiente, como hacía Santiago Nazar cada jornada al levantarse, aprovechando que los cafeteros que están en Chile traen el Antioqueño o el Blanco del Valle Sin Azúcar. ¿Qué tal? HASTA SIEMPRE, QUERIDO GABO.