Al igual que la mayoría, he estado atento a lo que ha ocurrido en esta difícil semana: dos terremotos han sacudido Arica, Iquique y sus alrededores, lo que se dice una buena parte del ese Norte Grande que habitan. Y lo digo en un sentido moderado, porque no he pasado horas de horas frente al televisor, ya que me parece hostigoso tragar cada minuto de programación en torno a una catástrofe sin sentir que me taladran la cabeza. Sé de las complicaciones que han tenido, de las embarcaciones arrasadas por el maremoto que los pescadores ya no pueden usar para ganarse la vida, de los 7 muertos ya contabilizados (el último deceso: el de un bebé), de las sirenas de emergencia en Arica que no funcionaron esta vez, del temor que sienten quienes decidieron pasar estos días en carpas, de la canallada de ciertos almaceneros que están subiendo los precios de artículos necesarios ($3.000 por un kilo de pan es demasiado; ¡si el precio de referencia general es de $1.000!), del descontento que está apareciendo en forma de barricadas en ciertas calles...
Lo de ustedes es más jodido al estar cerca del mar. Sí, tal como pasó en el terremoto de febrero 2010 con la gente de Dichato. No es fácil esto de correr hacia los cerros para salvarse. Quienes habitamos en ciudades más rodeadas de cemento no podríamos dimensionarlo. Por lo mismo quiero a través de esta carta abierta (un formato que suelo frecuentar a la hora de encarar personajes y momentos que me parecen merecedores de tal tratamiento) manifestar mi apoyo completo a cada rincón humilde cuyas casas se han derrumbado, a cada calle de sus ciudades donde el temor no se marcha, mas también el deseo de resistir y levantar la cabeza aunque cueste sigue allí. El Norte Grande que ustedes habitan no sólo lo es de membrete. Lo es de temple, noble en su cercanía con el altiplano peruano, donde también se sintieron estos movimientos telúricos que nadie esperaba. Aunque vengan los del Frente Fantasma, Aroldo Maciel o ese Mago Yin al que Chilevisión le ha sacado el jugo en exceso (en el matinal, en SQP y en PRIMER PLANO... ¿no será musho?) a decir que tienen la última papita sobre un próximo movimiento. Allá ellos. No tengan miedo. Chile entero cree en el valor de su norte. Y las autoridades tienen que mojarse el potito al atender sus necesidades siempre, no sólo cuando pasan estas cosas, sean de la coalición que sean.
Un fuerte abrazo de otro chileno, atentamente,
Juan Bascur Núñez.-
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