PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: Van Halen y su frescura impensada en el siglo XXI

A ver cuántos se imaginarían que en el año presente Eddie Van Halen aparecería retomando la dirección de un buque insignia del rock clasicote, teniendo nuevamente el concurso vocal de David Lee Roth, bufón saltarín por excelencia, y supliendo la ausencia de Michael Anthony con la entrada de su hijo Wolfgang (sí, el nepotismo también aplica entre rockeros), sin olvidar al hermano Alex. Muy pocos, a decir verdad, lo hubieran dado por cierto. Pero como lo impensable está siempre al acecho, Van Halen vienen y nos disparan 13 balazos fenomenales: los de A DIFFERENT KIND OF TRUTH (Interscope/Universal, 2012). Un Tipo Diferente de Verdad... Mmm... No tan diferente, cariño, al vigor del grupo en los setenta y los primeros ochenta, o sea, hasta aquel 1984 del año ídem, el de los sintes bien temperados, el de clásicos eternos tipo "Jump", "Panama" o "Hot for teacher"; luego David se iría para dejarle el microfón a Sammy Hagar, pero ese es otro argumento.

VH reconsideran en su arribo al siglo XXI piezas que no se editaron en su momento, canciones que poblaban demos polvorientos. OK, aquí vendrá un aguafiestas a decirme que no se vale, que para un disco nuevo hay que entregar nuevas composiciones, que eso es jugar chueco -error, error, mameluco. No hay pecado en ello desde que se comprueba la impensada frescura con que aparecen estos tracks. "Tattoo", el single iniciático, engancha a la primera. La melodía de "Blood and fire" es tan sólida como la de "Panama". "As is", con su partida medio mongoloide, no se queda atrás. "China Town" se juega la carta speedmetalera por así decir. Cabe de igual forma presentar un experimento donde Eddie saca de su guitarra unos ruidacos ultramarcianos que ni Tom Morello, mientras David recita con su voz más profunda; el track se titula "Honeybabysweetiedoll", y no debería dejar indiferente a nadie. A posteriori. Mr. Roth sigue con ese hablamiento particular durante "The trouble with never". "Stay frosty", otro clímax asegurado, es un colado de country blues altamente juguetón. Así vamos disfrutando, hasta el cierre vía "Beats workin´". No estábamos preparados para semejante lección de actitud, sin estelas rancias ni tablaturas extraviadas.