PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: Lezet, jugando y manipulando

Mi interés por el serbio Igor Jovanovic, alias Lezet, es muy reciente: se remonta al año pasado, cuando escuché en Last.fm una miniatura llamada "El ave fea", cedida por él a un compilado del sello ruso Clinical Archives. Este muchacho lleva menos de un lustro sacando referencias, tanto en solitario como en colaboración, haciendo gala de cierta experimentación electrónica, en permanente roce con el concretismo y el clasicismo al piano, o inspirándose en cierta poesía si fuese menester, como pasaba en CHARACTER (2008), donde conectaba un teclado de PC con un dispositivo, y así convertía cada letra en una nota musical, tomando como referencia textos de Octavio Paz o E.E. Cummings.

Y ahora, Jovanovic descorcha dos mostos selectos con su buena gracia. RANSID (Surrism-Phonoethics, 2010) es un mini álbum, nacido del interés que su autor tiene en rememorar la música de videojuegos ochentera. En su blog declaró haber jugado por años con la consola C-64 (no sé si es Atari o Commodore, me pilló), experiencia que vierte usando ritmos atropellados y melodías que conducen a niveles sugerentes para todo aquel que, me incluyo, ha valorado la presencia videogamer, la ha aprovechado, se ha desvelado aunque sea con un aparatito a pilas barato (las imitaciones del Gameboy). "Glitch" (título que habla por sí solo), "Loader" y "The ringing tower" son algunas de esas instancias que exprime Lezet para hacer homenaje, para no perder el espíritu del juego, ese que los adultos convencionales se arriesgan a perder mientras adquieren un plasma o un 4*4.

Por su parte, Caged? (Lo-Fi Sci-Fi/Surrism-Phonoethics, 2010), EP de 13 minutos, presenta 10 tracks con numeración romana, todos bajo el título "Prepared piano piece". Son desfiguraciones de sonidos que salieron de un piano, y en su duración minúscula (a excepción de una pieza que llega a los 5 minutos y medio) apuntan a un fondo áspero, a una manipulación donde teclas y cuerdas son el ejército de la sorpresa decapitada. A no dejar de descubrir los sonidos de Igor se ha dicho.