No cabe duda que la noticia más impactante de esta semana a nivel mundial es el anuncio que hizo Joseph Ratzinger, más conocido como el Papa Benedicto XVI: en él confirmaba su renuncia al cargo, que se hará efectiva el 28 de febrero. Lo más curioso lo brindaría más tarde la madre naturaleza, pues luego cayó un rayo sobre la sede del Vaticano, durante una tormenta eléctrica. Vaya a saber si fue Dios mismo quien se manifestó.
Lo que hizo el actual Papa ha dado pie a variadas reacciones. No es habitual que alguien renuncie a ese cargo; la última vez que pasó fue hace siglos. Benedicto XVI decide dar este paso al costado porque siente que ya no tiene fuerzas, y por el bien de la iglesia católica. Para quien redacta estas líneas, este sucesor de Juan Pablo II (quien ejerció su cargo hasta su muerte en 2005) no tuvo real empatía con los creyentes (¿onda Piñera?), cosa de recordar su impronta dura y su pasado oscuro como secretario del Papa anterior; más encima ha llegado a afirmar en torno al problema del SIDA que, escuchen bien, la repartición de preservativos aumenta el problema... ¿Qué onda? Jodido conservadurismo... Al menos Juan Pablo II tenía un carisma inobjetable, incluso cuando en su visita a Chile en 1987, con Pinochet todavía ostentando el poder, en ese histórico encuentro con los jóvenes del Estadio Nacional, preguntó a la concurrencia si deseaba renunciar al ídolo del sexo (ustedes conocen bien la respuesta).
Y Ratz (lo llamaremos así en lo que queda del posteo, tal como hacía en LOS SEA HARRIER (1993) el mismísimo Diego Maquieira) no se quedó sólo en eso, sino que también reconoció la mugre corrupta que hay en el Vaticano, tal como en su momento habló de los sacerdotes que abusaron de niños, sin duda la mancha más asquerosa que ha aparecido en el manto supuestamente sagrado del catolicismo. Las dudas no dejan de aparecer. ¿Será realmente creíble que Ratz esté denunciando a la mafia que lo nombró en aquel cargo? ¿Se va para no repetir el desenlace de su predecesor? ¿Habrá una dosis de oportunismo? ¿Fue sólo una decisión política? Los próximos meses en el Vaticano serán muy tensos, ya que se debe encontrar al personaje más idóneo para llegar al papado, un proceso que debe culminar con el humo blanco saliendo, y ese Habemus Papam! que confirme aquello, algo que ya nos tocó ver cuando Ratzinger fue nombrado, en tiempos donde Naturaleza Insaciable no pensaba ni nacer todavía (le faltaban unos días para llegar). De pasada, este panorama complicado en el Vaticano resucita una tesina apocalíptica: la que dice que llegará un Papa negro, y con él se concretará el fin del mundo (ups), en vista que entre los candidatos hay un cura brasileño, y otro de Ghana. Ni hablar del cerro de información relacionada que Juan Andrés Salfate ha presentado en ASÍ SOMOS (La Red). El Vaticano, tal como los partidos políticos en Chile y en otras naciones, está más desprestigiado que Kenita Larraín, y va a tener que hacer un esfuerzo metronómico para convencernos que puede superar sus oscuridades nefastas. Porque creemos en Dios, pero no necesitamos ir a misa los domingos a las 9:00 AM, ni rezar todos los días a cada rato. Porque el Vaticano ha sido una mafia de mierda. Porque Jesucristo nunca habló de una representación lujosa y cínicamente lucrativa para la fe en su Padre. Déjense de huevear con normas rígidas. DIOS NO SE TRAGA NADA DE ESO. EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN.
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