23 septiembre, 2017

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: esa canción insoportable de Diego Torres

Ayer pasé por San Diego, calle santiaguina conocida por albergar varias librerías, locales de bicicletas, un campus de la Universidad Central y los teatros Cariola y Caupolicán. Me quedé un buen rato en la Librería Rubén Darío, que está cerca de un supermercado Santa Isabel. Compré un par de libros y una Cosas de 2014 donde ocupaba la portada Francisca Merino. Mirando los lomos de otros tomos colocados en lugares más profundos del negocio, mientras sonaba en el tocadiscos un compilado de la Motown donde brillaban Marvin Gaye y los Jacksons 5, encontré algo perturbador: un librito inspirado en "Color esperanza", esa canción del argentino Diego Torres que apareció originalmente en el disco UN MUNDO DIFERENTE (2001). En esas páginas se transcribe la letra, y se le agregan fotos, con la vana intennción de hacer que la tonadilla se reconvierta en un poema visual. Lo cual me huele a movida más engrupida que la del propio firmante a la hora de lavarnos el cerebro con una ruma de frasecitas de autoayuda dignas del peor Paulo Coelho. Ya se quejaba un muchacho en las cartas al director de la Rolling Stone argenta, viendo que en el recuento de 2002 (es que "Color..." fue sencillo recién en esa temporada) la destacaban entre las mejores canciones del año, como si esa fuera "Yo tengo fe" de Palito Ortega. Por acá la han usado montones de veces para la Teletón (hasta una vez en el cierre del Estadio Nacional la hicieron varios en plan "We are the world"), y ni hablar tras el terremoto de febrero 2010 (tiempos en que lo poco que veía en la TV era: Los Picapiedras, EL CHAPULÍN COLORADO, ASÍ SOMOS y alguna peli). Molesta tanto optimismo de postal barata, tanta lindeza, tanta buenaintención mainstream, tanto decir que vale más poder brillar que sólo buscar ver el sol... Más honesta suena cualquier canción de Cannibal Corpse que hable de muerte sangrienta o de necrofilia o de amarraje con alambres de púas. Juro que Diego Torres es un tipo intragable, o como decían en la etapa Maira de I-Pop (todavía existe, sólo que ahora es difícil pillarla, al día de hoy no más la vi en la Biblioteca de Santiago), no moja la camiseta. ¡Si le encargaron hacer el himno para la Copa América Argentina 2011, y le salió un mamarracho llamado "Creo en América"! Ah, hace poco en los spots de la campaña de Mega para motivar la donación de órganos usaban "La vida es un vals", cuyo coro reza: lo mejor/está por llegar. Lo más infumable de la música latina. Tan hinchahueas como el reggaetón corporativo. Ser simple no es lo mismo que ser simplón y malamente efectista.

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