21 septiembre, 2017

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: "bien dura, bien dura, bien dura"


TOMASA DEL REAL
Bien y Mal
(Enciclopedia Color, 2016)

/REGGAETÓN/ Hay una vieja canción popular que decía: Estoy tan enamorado de la negra Tomasa/que cuando se va de casa, triste me pongo. Y en este siglo XXI existe una Tomasa que espera encantar al que se acerque. Iquiqueña de origen, ya tiene la venia incluso de una famosa marca de ropa y calzado deportivo. Se planta en escena como si nada y reclama su derecho a enarbolar la bandera del reggaetón, un subgénero de la música urbana que ha inundado las bateas de las tiendas de discos orientadas a "lo popular", y también las parrillas radiofónicas y las listas de éxitos, para la espantá de quienes bogamos por más heterogeneidad en todo sentido. Y eso último, créanme, no es culpa del reggaetón mismo, es culpa de los productores que han abusado de un beat típico como Luny Tunes, es culpa de esos exponentes cuya dicción suele cansar al minuto uno, no importa si den un paseo por la obscenidad o los pique un moscardón ultracursi. Más de una vez me he declarado opositor a que se sobrevalore populacheramente al perreo, aunque a veces hay alguna canción simpática o divertida o con un hilo argumental o con un sampleo valioso: hay que saber mirar el vaso medio lleno.

Pero mejor vamos a lo que vinimos, a hablar de la Tomasa. La Tomasa sacó el año pasado un mini álbum como BIEN Y MAL, producción que en menos de media hora entrega 9 tracas que pintan un cuadro con los tópicos más manoseados: sexo, drogas, paseos en auto, armas, mucha plata (o incluso la ausencia de ella, si atendemos a lo que dice uno de sus acompañantes), conversaciones en el WhatsApp... Todo lo estrictamente necesario para que las noches sean siempre calientes y vibrantes, para que cada momento se subraye con la saliva y con otras secreciones que cada uno de ustedes debe imaginar. La Mafia del Amor, Nais Williams, Moisturisin Mini y varios más están invitados a esta partuza sin desperdicio, donde el patrón rítmico es conocido mas se complementa exquisitamente con detalles ambientales, melódicos y hasta espaciales. No hay tiempo para detenerse: los temas van enganchados como si esto fuera un nonstop mix, el súmmum de lo que merece seguir y seguir y seguir. El disco completo se zampa sin sobresaltos, pero a la hora de escoger me inclino por "Bonnie N Clyde" (no será la de Eminem ni la de Gainsbourg, pero su vitalidad postula a las claras al recuerdo noble), "Préndelo", "Tamos redy", "Arena modernísima" y el trap final de "Channel", con mención very arty: Tomasita habla de la revista Joia. Y en cuanto a las líricas, remarco algunas: Bien dura, bien dura, bien dura/que se te suba la temperatura o tamos bien dirti, echámelo en la boca ("Bonnie N Clyde"); o eso de: me dijiste que te gusta mi ropa/te gustan mis cuadros, te gusto en pelota ("Channel"). Uy. Tomasa del Real logra conmigo algo inusual: que me fascine un disco de reggaetón completo, sin tener que pedir la bacinica para vomitar. Qué sabor más rico deja esto. Este es el único disco del subgénero apto para ponerlo mientras se está follando. O dicho de otro modo: a Francine, esa tipa que sale en el LIBRO DE MANUEL (1973) de Julio Cortázar, le vendría de maravillas, si es que le gusta el reggaetón. Ya saben.

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