16 septiembre, 2014

MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: "la próxima bomba..."

Ya pasó una semana de que en los alrededores del Metro Escuela Militar explotara una bomba, situación que abrió otra vez el debate sobre qué puede o no ser catalogado como acto terrorista, si hubo o no justificación para tal bombazo o si esto fue obra de un grupúsculo organizado. De momento no se sabe quiénes fueron, y se está pidiendo ayuda hasta al FBI gringo (¡esa onda!) para resolver el cacho. Transcurridas pocas horas de la explosión, el bueno de Nicolás Copano entregó una editorial potente y sin eufemismos al respecto en HASHTAG, su programón vía Radio La Clave, donde incluso contó que Sebastián Eyzaguirre en Twitter le tiró mierda respondiendo a un apunte suyo (y mejor será no preguntar cuán vil fue el tuiteo de "Cushillo"...).

A una semana de esta mariconada, en todas las estaciones del Metro santiaguino siguen sin basureros como medida para evitar facilitarle las cosas a otros que quieran repetir la acción detonadora (al igual que mi amigo Feli Avendaño, lo encuentro una tontera; se parece al chiste del sillón de Don Otto). Pero esta vez quiero poner el foco en un rayado que encontré a la entrada de un supermercado Ekono en Carrascal, frente a la Municipalidad de Quinta Normal. Las palabras se cuelgan del incidente, pero dándole un viraje pornográfico al asunto, jugando con el fuego del deseo creciente:

La próxima bomba va a ser
en tu vagina

Uf. Lo leo y pienso también en cuando Lucía López pronuncia la palabra explosión susurrando orgásmicamente, durante su Momento Hot en EL PULSO (Radio Universo). Siempre serán mejores las explosiones de placer subversivo, las variantes orgasmatrónicas combativas.

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