MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: el incendio de una micro en J.J. Pérez

Se sabe que el 11 de septiembre es o parece un día conflictivo, porque se conmemora un año más de ese momento horroroso para el Chile contemporáneo: el Golpe de Estado de 1973, el momento en que los militares comenzaron a oprimir al pueblo con la excusa de que Salvador Allende nos podía convertir en una segunda Cuba o en una segunda Unión Soviética, decían ellos, siempre repitiendo que salvaron a Chile del cáncer marxista y otras frasecitas que siguen causando retortijones por montones. Es algo habitual, jodidamente habitual, que en varios sectores de Santiago haya barricadas, piedrazos y quema de micros; un escenario que de noche se vuelve más feroz, bordando postales que a muchos nos molesta y sólo puede gustarle a los noticieros de Chilevisión (¿o me equivoco?).

Si me pongo a hablar del tema es porque en una esquina de Quinta Normal pasó algo así hoy, jueves 11 de septiembre de 2014, después de las 17 horas. Frente al paradero de José Joaquín Pérez y Córdova y Figueroa fue quemado un bus del Transantiago, correspondiente al recorrido 504. Una nube negra y densa fue la señal más cruda de lo que estaba ocurriendo. La micro en cuestión se veía entera por fuera, pero por lo que me contaban (funcionarios de Carabineros hicieron a un lado a quienes veían esto) adentro todo estaba chamuscado. Gracias a la concurrencia de un camión de bomberos la nube oscura se esfumó. Mientras redacto esta nota, cuando faltan 3 minutos para las 9 de la noche, queda en Pérez el granizado de los vidrios, los pedazos de goma quemada, los restos claros de un acto vandálico que espero no haya afectado físicamente al chofer de esa 504 ni a sus pasajeros, porque del mal rato en sus cabezas mejor ni hablar. Tampoco de los tontitos, por decirlo en suave, que van a seguir hueveando más rato en Villa Francia y en otros lados. Si quiere saber más del asunto, espere ÚLTIMA MIRADA. Si no, mejor escuche el SONAR PUNK de Reinosiano, que eso sí es un acto subversivo valedero.