PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: Manuel García entrando en la era de Acuario

El espíritu del ariqueño Manuel García ya dio señales de querer ampliar su paleta sonora en S/T (2010), intento que en un sector de sus seguidores más familiarizado con PÁNICO (2005) sembró dudas. Y ahora que el ex Mecánica Popular entra en la era de ACUARIO (Oveja Negra, 2012), mucho me temo que pasará lo mismo.

¿Realmente es válido exigirle a un artista que se mantenga demasiado fiel a un estilo, una serie de oscilaciones, una lectura de lo que el aire (translúcido o quemado) trae? Casos hay muchos en que el inmovilismo favorece, como para en el rock con AC/DC o los Ramones; u otros en que conduce al tedio del receptor, como sucede con las stadium ballads de Laura Pausini o las cosillas de Chayanne. Un artista busca, no se queda quieto, tacha los caracteres que le son insuficientes y reinicia su viaje con lo puesto. No necesariamente lo anotado se da al pie de la letra con todos, pero valga esa aproximación a la hora de poner oído al cuarto elepé solista de García, que incorpora a su dinámica retazos de electrónica, los cuales tienen que ver con su interés por Depeche Mode; que no todo es deberle a Silvio Rodríguez en esta vida. ACUARIO no deja de ser un álbum de cantautor, donde las hechuras del pop y el rock no alteran la percepción mágica de Manuel, pez empeñado en nadar por un oleaje lírico en los bordes de la ciencia ficción existencial, un cripticismo que le sienta de maravillas. Oigan "Sueños" (adelantada en la serie de Canal 13 Vida por Vida) u "Hombre al precipicio", entradas magníficas en esta bitácora, al igual que "Carcelero" y "La hora nueve", y lo notarán. También se advierte que "Caprica" le guiña los dos ojos y más al "Bizarre love triangle" de New Order, metiendo líneas de bajo marca Peter Hook a bocajarro, algo que no debería molestar tanto en rigor estricto. Los que miran con cara de culo, que sigan con PÁNICO o TÉMPERA (2008). Los demás celebramos que Manuel siga creciendo en matices y en belleza.