PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: el ángel de los tempos varios

Insisto con Depeche Mode, esta vez para referirme al álbum que sacaron antes del reciente SOUNDS OF THE UNIVERSE. Digamos que PLAYING THE ANGEL (Mute/ EMI, 2005) fue otra excusa para que los fans de toda la vida renovaran sus votos con firmeza, y de igual modo atrajo a los escépticos, esos pobres diablos que señalaban a VIOLATOR (1990) como el último gran disco de DM, y por lo mismo miraban feo a la tríada de SONGS OF FAITH AND DEVOTION (1993), ULTRA (1997) y EXCITER (2001). Todo lo dispuesto en el juego sonaba efectivamente como el mejor material, el más clásico de estos cracks. Y con un detalle especial: Martin L. Gore, por primera vez, ¡deja que Dave Gahan componga unos poquitos temas! Para fortuna de los señores oyentes, no ocurre lo que pasaba en Lucybell un año antes, cuando Francisco González metió los suyos en LÚMINA, estropeándolo injustamente. No pues. Otro detalle que no se puede escapar es ese subtítulo, escrito en la contraportada: Pain and Suffering in Various Tempos, que no habría sentado mal como título del disco, fiable por "A pain that I´m used to", "Precious", "The sinner in me", "Macro" y "The darkest star". Eso sí, lo más valioso de PLAYING THE ANGEL radica en la personalización que hacen de "John the Revelator", anónimo del cancionero blues reversionado montón de veces, y en "Damaged people", cumbre emocional que Gore delinea hasta desembocar en unos acordes que, pareciendo recortines de algún fragmento de la ópera rock Jesus Christ Superstar, llegan a remecer en lo más hondo, en especial si uno se siente dañado (ah, si se dan cuenta, eso del daño hoy es tema para la pachanga mestiza de Tizana, je)... Jugando al ángel que extermina a punta de estructuras intensas, Depeche Mode vencían, y todavía lo hacen, y seguro lo harán mañana, en el Club Hípico de Santiago.