16 octubre, 2009

MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: ¿que la qué, Diego Armando?

Las Eliminatorias Sudamericanas han terminado, con una figuración favorable para Chile en la cuarteta de clasificación: la Roja quedó en 2º puesto, con los mismos 33 puntos que Paraguay, pero con mejor diferencia de goles. Además, Humberto Suazo fue el goleador de esta fase, con 10 anotaciones, gracias al gol que convirtió contra Ecuador el miércoles; justamente, 1-0 fue el resultado final del juego. Brasil fue con 34, y Argentina clasificó en 4º lugar, tras vencer también 1-0 a Uruguay (que juega el Repechaje con Costa Rica).

Sí, me quiero detener en lo de Argentina, y más en Diego Armando Maradona, su seleccionador. El ex jugador de Napoli logró que la albiceleste entrara a Sudáfrica 2010 a última hora, dependiendo de lo que pasaba entre Chile y Ecuador. Si los de Bielsa hubieran perdido, Argentina no clasificaba. Ya venían de ganar en el minuto noventayalgo a Perú, de perder con Paraguay e incluso de caer groseramente ¡con Bolivia!, por nombrar algunos resultados. En la conferencia de prensa post-partido, Diego aprovechó para criticar con una acidez feroz a un sector de la prensa que le dio duro, dedicándole la nada limpia expresión que la chupen. A veeeeeeer, a veeeeerrr, como diría Marcelo Araujo: lo más probable es que esos comentaristas tengan razón, porque entienden que Maradona no se maneja como entrenador. El Presidente de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino), Julio Grondona, cayó en el peor populismo, dándole la banca de esa selección al Diez, como si tuviera un roce exitoso en ese puesto; parte del error es suyo, por ser el que le dio el afrecho al chanchito. El gesto verbal de Maradona es de una ubicuidad cero, insolente a full, demasiado fuera de lugar. Más encima, no es humilde, cuando se supone que en el éxito y en la derrota hay que ser humilde. No porque haya sido campeón en México 86 hay que aplaudirle la gracieta. Y los ciudadanos de allá no son tontos: la mayoría reprueba esta expresión. Tan malo como el abrazo cínico que se dio con Carlos Bilardo tras el partido, y tan horrendo como otra frase de Maradona, cuando habla de los "antiargentinos" que tenían que ver los huevos que pusieron... Por favor, este tipo habla igual que el peor Juvenal Olmos, cuando insinuó que Eduardo Bonvallet era "el enemigo nº1 de la Selección" (!?) durante el Preolímpico 2004. Querido Diego, tú que alguna vez me enseñaste que la pelota no se mancha (¡ésa era frase!), no puedes seguir allí si no tienes dedos para ese piano. Déjaselo a otro. Lo único bueno de este que la chupen, y con esto termino, es el efecto mediático que va a tener la frase, cuyo primer fruto son las poleras de Maradona con las palabras de salón ya referidas. Tremendo quilombo...

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