10 diciembre, 2017

MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: Colo Colo alcanza la estrella 32 en Conce

Estadio Ester Roa (sede de la gloriosa Copa América de 2015) de Concepción (o como decía el inolvidable Carlos Alberto Bravo: ¡Concexión!). 17:30 horas. Huachipato de Talcahuano enfrentaba a Colo Colo, por la última fecha del Transición Scotiabank. Al mismo tiempo se enfrentaban la U. de Chile con Iquique (en un Nacional con el pasto a medio morir saltando después del concierto del ídolo juvenil Bruno Mars) y Unión Española con Everton (en Santa Laura, alias el Estadio del Cobarde, por Jorge Segovia, dueño de la Universidad SEK (¿o era "Sex"?) que se escondió como una rata en España). En el primer tiempo, los de Pablo Guede no pudieron embocarla, pero avanzado el reloj, con la presión de la apertura del marcador en Independencia conseguida por Canales, llegó el comienzo del destape, gracias al penal que Julio Bascuñán (también ubicado como "Bascuñán Ñam Ñam Ñam") cobró. Jaime Valdés, a los 73´, la puso adentro. A los 82´ fue Octavio Rivero el autor del dos a cero, y en los 2 minutos agregados de la segunda fracción Nicolás Orellana le puso la guinda a la torta sabrosa, el 3-0 definitivo, para que Colo Colo vuelva a ser campeón, consiguiendo su estrella 32, la actualización justa de una carrera de éxitos que empezó con el campeonato de 1937. El Eterno Campeón también es el único club chileno que ganó la Copa Libertadores, en aquel 1991 de Jaime Guzmán asesinado, de Metallica triunfando con el BLACK ALBUM, de La Red comenzando sus transmisiones, de Sergio Dalma cuarto en Eurovisión cantando "Bailar pegados", de Faith No More en el Festival de Viña. Unión ganó al final 2-0, y la U hizo lo propio por 1-0. Ahora sí que se puede decir que Guede es el puto amo. Ya habrá tiempo para planificar todo rumbo al Torneo 2018 -la vuelta del campeonato único- y la propia Libertadores. Chile entero se merece celebrar que el albo es el mejor de este semestre. Dato no menor: la U perdió la final de la Copa Chile con Wanderers de Valparaíso en el mismo estadio que ayer vio a la escuadra de Pedreros levantar la copa. Azules, piensen en ello. Y tú, Mauricio Pinilla, a llorar a la iglesia por lo del penal. Llora, llora, que te hará bien.

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