CENSO SONORO 2017: TOP 100 INTERNACIONAL (del 1º al 10º)

1º LUIS FONSI con Daddy Yankee/ "Despacito"
Contando y contando, desde hace 13 años que, al igual que en otros puntos del planeta, el reggaetón ha azotado cual huracán esta tierra: la penetración radial y la invasión de sus intérpretes en conciertos de gran tamaño o en festivales tipo Viña del Mar ha sido incluso motivo de análisis, cosa de preguntarle a la gorda bella de Andrea Ocampo. Lo que es un servidor, este tiempo lo he sufrido constantemente, con el bombo arquetípico hinchacocos impuesto por esos Neptunes del perreo que son Luny Tunes, dándole paso a Daddy Yankee, Don Omar, Wisin & Yandel, Zion & Lennox, Alexis y Fido y muchos otros, incluyendo engendros de segunda y tercera línea todavía peores: Chino y Nacho, Mike Bahía o esos Yandar y Yostin que llegaron a la Quinta Vergara ¡con un solo sencillo conocido!, hasta llegar al recambio colombiano con Maluma y J Balvin. El mérito del reggaetón corporativo, por llamarlo de alguna manera, fue ser el único género o subgénero que llegó a liderar las listas de éxitos de todo el mundo con temas cantados en lengua castellana. El demérito es que muchas veces, y lo decía David Ponce en Revista Caras, este estilo del palo urbano es como un zombie al que reviven mil veces para hacer la misma canción y cobrar cuanto antes. Por eso el hastío y que uno se acerque con recelo a sintonizar Carolina o Los 40 o Candela o Corazón. Sin embargo, y como no hay que ver el vaso medio vacío siempre, este año pasó que Luis Fonsi, un hacedor entrenado en las artes de las baladas como himnos de estadio ("Aquí estoy yo", "Abrazar la vida", "Qué quieres de mí", "No me doy por vencido", y podría seguir), mientras las hacía de coach en la versión tricolor de The Voice empezó a armar una canción con su guitarra, la cual fue reforzada por las manos mágicas de una mujer llamada Erika Ender, panameña que antes compuso para Chayanne una pieza tan prescindible como "Candela". Más tarde le pidió ayuda al mismísimo Daddy, que como muchos de estos intérpretes la ha hecho mejor siendo animal de compañía que maestro de ceremonia (MC). En enero salía a la luz "Despacito", y fuimos testigos de una señal iluminada: como pocas veces una canción pal perreo lograba aunar picardía latina con alta poesía. Lo que se representa es básicamente el proceso de conquista del macho a la hembra, desde que se le propone hablar hasta la conquista total y desenfrenada que incluye a las olas del lugar gritando ¡ay bendito!, y eso sin duda retrotrae al "Todo para" de Roberto Carlos. Interpósitos están los instantes en que el Big Boss acude a su flow habitual sin caer en la redundancia de siempre, el bam bam del corazón, la intención de darse el viaje, de colocar la pieza precisa en el rompecabezas del deseo... Incluso hay una cierta osadía freudiana inesperada cuando Fonsi dice: déjame sobrepasar tus zonas de peligro/hasta provocar tus gritos/y que olvides tu apellido. Al final del video todos corean un rato más lo que coreaba DY. Es tan buena que se merece las repro en YouTube, las tocadas en Spotify, las veces que Diplo o Steve Aoki la han pinchado... Incluso debería escribirse un libro sobre ella. En los últimos años impares la mejor canción fue bailable: "Get lucky" de Daft Punk en 2013, "Lean on" de Major Lazer & DJ Snake en 2015, y "Despacito" en 2017. El ritmo del mundo mundial apuntó a Puerto Rico. Felicitaciones.

2º ARCA/ "Reverie"
Si Nicolás Maduro es el villano venezolano de la temporada, el héroe nacido en las tierras de Eugenio Montejo tiene que ser Alejandro Ghersi, residente en Londres, ya reconocido por producir a Kanye West, FKA Twigs, Kelela y su amigaza Björk, que justamente viene de sacar UTOPIA. Arca es un tipo que está reinventando como pocos el arte de hacer ritmos sintéticos que se deforman, se hacen flexibles y duros, se vuelven una masa donde lo mismo caben la ternura y la violencia. Con sus epés, sus mixtapes y sus álbumes oficiales ha sido el caramelo de la crítica especializada en los últimos años. Su traspaso de Mute a XL, otra casa disquera de primera línea (The Prodigy, Peaches, Devendra Banhart, Radiohead, The xx y El Guincho han estado allí), se concreta con un elepé homónimo donde hay un extra especial: Ghersi canta, y lo hace en castellano, insertando el virus del melodrama que duele de veras. "Reverie" es el ejemplo perfecto, con cita al "Caballo viejo" (Simón Díaz) al principio. Trap deformado y mareante que incomoda en una primera instancia, pero después uno no puede vivir sin escucharlo nuevamente. Ámame otra vez/si puedes, canta él. Así será.

3º LANA DEL REY feat. The Weeknd/ "Lust for life"
Bendito alcance de nombre con el clásico de Iggy Pop. Porque esta joya de Lizzy Grant también tiene pinta de clásico, con el mérito grande de invertir los roles históricos. Me explico: antes el hombre le decía a la chica eso de sácate toda la ropa, como si quisiera ver en ella algo más que la desnudez pura y deseable. En pleno siglo XXI, los machos han hecho muy mal las cosas (los casos de Nabila Rifo y Carola Barría hablan por sí solos), y ahora ellas tienen el derecho y el deber de pedirles a sus parejas que se saquen toda la ropa. Lana del Rey lo hace con uno de los canadienses más queridos, quien le devuelve la mano en esta pasada, ya que ella aparecía en el "Stargirl interlude" de aquel STARBOY (2016). Momento hot de gran nivel, igualando la gloria de "Video games", en el disco posiblemente más sexual de su cosecha, aunque a mi modo de ver toda su discografía es válida para ponerla a la hora de las caricias.

4º LCD SOUNDSYSTEM/ "Oh baby"
James Murphy se arrepintió de haberlos disuelto, y los trae de vuelta con un señor discazo como AMERICAN DREAM, otra clase maestra de rock electrónico que mira de igual a igual a sus referentes. En este caso particular se acuerda de Suicide, justo ahora que ha pasado poco tiempo de que Alan Vega murió. Pulsaciones no tan altas para un opener que no deja indiferente. Gracias por volver, Murphy querido.

5º AXWELL ^ INGROSSO/ "More than you know"
No se hagan ilusiones con eso de que Swedish House Mafia podrían volver. Déjense de hacer pucheros y disfruten del feliz presente de dos de sus tercios juntos, que han encajado sus piezas en un EP de campanillas, cuya canción titular instala un coro muy pegote que ni con un caimán se lo van a sacar. Igualmente tiene una versión latina cantada por Sebastián Yatra, Cali y El Dandee.

6º FOO FIGHTERS/ "Run"
7º SEPULTURA/ "I am the enemy"
8º ROYAL BLOOD/ "Lights out"
La cuota de rock en la radiofórmula mundial actual es baja, pero de todos modos no hay que dejar de asomarse a cualquier balcón donde las guitarras fuertes digan lo suyo. Los Fighters de Grohl entregan otro himno de vocación popular que empieza dócil, pero luego la batería tribal y los gritos marca de la casa nos dan la pauta. Sepultura, por su parte, desde un MACHINE MESSIAH que muerde con matices, se atreven con su mejor canción en años, un puñetazo que invita a resistir en tiempos donde la cultura del miedo nos quiere comer con papas fritas. Y los más jovencitos Royal Blood no inventan nada, pero su garage de nuevo cuño deja con la lengua afuera y convence hasta al más escéptico, y cuando pisen el Lollapalooza chileno se dirá la misma cosa. Así a nadie le debería hacer falta rock.

9º THE CHAINSMOKERS & COLDPLAY/ "Something just like this"
Pues eso: los mismos pinchas de Nueva York que sacaron en un principio "#selfie" por el sello del ya citado Aoki se juntaron con la banda británica de Chris Martin. Este último habla de haberse zampado los libros de mitos y leyendas sobre Hércules, Aquiles y demases, pero a la larga lo que busca es alguien que sea sencilla, que sea besable. Pop emocional con las bases justas. Recomiendo también la remezcla ganadora de Don Diablo.

10º LOS PLANETAS/ "Porque me lo digas tú"
J al ataque con un nuevo capítulo de la saga flamenca: ZONA TEMPORALMENTE AUTÓNOMA, donde además agrega un par de miradas a creadores argentinos. La presente es la canción más breve del disco, empapada de ese sentimiento de incondicionalidad legítima que deja al individuo queriéndola a ella aunque se vaya con el primero que llegue.