27 agosto, 2014

TVMHTD: Chipe Libre, o la comezón del 7º año en versión post-posmoderna

Gonzalo (Nicolás Poblete) y Julieta (Fernanda Urrejola) llevan 7 años de matrimonio. Llega el momento en que no se soportan, ante lo cual ella considera la recomendación de Ricardo (Luis Gnecco), sicoterapeuta igual que ella: separarse de Gonzalo por tres meses, tomándose lo que se llama un "chipe libre", período en el cual tanto ella como él no pueden verse y tienen derecho a hacer lo que quieran con su vida, y cuando vuelvan no deben contarse nada. ¿Es esto acaso una relectura siglo XXI de la comezón del séptimo año? Como sea, lo ya descrito es el argumento inicial de la telenovela para adultos CHIPE LIBRE (Canal 13, lunes a jueves 22:05), la cual reincide en el halalí romántico-sexual-divertido que poseía Soltera Otra Vez. Porque la idea del chipe libre ya salía en la segunda temporada de SOV. Porque de aquella se repiten el plato muchos actores: el propio Nicolás Poblete, Lucho Gnecco, Loreto Aravena, Pablo Macaya (como el mentiroso y mujeriego Cristóbal; un carerraja simpático, vamos), Juanita Ringeling (como la Rucia, ex novia de Gonzalo), Catalina Guerra y Solange Lackington por nombrar unos cuantos. También es destacable la presencia del longevo Cristián Campos, el galán Mario Horton, doña Javiera Díaz de Valdés y Luciana Echeverría, esta última en su vuelta al 13 tras pasar por TVN y grabar una serie para Mega que no ha podido salir al aire porque Quena Rencoret la rechazó (su papel es el de Diana, una chica que es mesera y prostituta). CHIPE LIBRE tiene una trama atractiva, y entre sus tejidos hay algo que me llama mucho la atención: un guiño a Sigmund Freud que se materializa cuando Julieta misma es asediada por sus dobles. He aquí que el superyo (la parte consciente) y el ello (el lado puramente instintivo) de esta sicoterapeuta en conflicto aparecen como si fueran el ángel bueno y el malo de Espinita en el Jappening con Ja. La canción principal de esta teleserie es "Nada fue un error" de Coti Sorokin, a menudo oída como una tontera de fogata muy vacía que uno mismo no entiende cómo a ciertas mujeres les atrae cantarla en un karaoke, pero que en las voces de Poblete, Ringeling (que le hace coros a su Matías Oviedo en Julio Pino, ah) y Fer Urrejola tiene gracia y hasta dan ganas de cantar con ellos. Si le saca o no puntos de sintonía al hype turco de LAS MIL Y UNA NOCHES (Mega) no es tan relevante, porque tal como ha transcurrido se puede sostener, igualando el encanto de Soltera Otra Vez (en su primera temporada).

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