27 mayo, 2014

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: bailar y reír


FREDI MICHEL
Fredi Michel
(Romina Records/Unión del Sur, 2014)

/INDIE DANCE CASERO/ Casi una década ha pasado de que Fredi Michel, banda que cuenta en sus filas con Diego Morales, conocido por colaborar con Gepe y Javiera Mena y por sus incursiones solistas a su nombre (dos álbumes: EL DUB DE LOS POBRES, de 2003; y CALMAO, de 2007) o como Djegors (cubriendo el terreno house apoyando por Cómeme, el sello de Matías Aguayo), se dio a conocer incluyendo en PANORAMA NEUTRAL (2005), aquel sampler de Quemasucabeza, la juguetona "Enganami", canción que basaba su melodía en el "Cómo te voy a olvidar" de Los Ángeles Azules. 9 años después de ese hito presentan su álbum debut, que viene respaldado por Unión del Sur, el sello que comandan Cristián Heyne y la mencionada Javi Mena.

A grandes rasgos, lo que proponen Fredi Michel es una batidora rítmica donde cumbia, calor afro, reggaetón no corporativo, italo disco renovado y lo que venga se pasean a gusto, por obra y gracia de un armazón que tiene sabor casero: pads y teclados juntándose felices, cimentando un ambiente bailongo contagioso al que se suma como ingrediente particular el hilo vocal de Andrea Romina, cantante de actitud seudoinfantil, encargada de colocar unas letras siempre al borde de la risa total o salpicadas de chilenismos familiares, tal es el caso de "Oye poh!", "Nunca han tenío" y esa "Como tagua" que parece una cruza entre Laureano y los Krayones (!) y Bomba Estéreo. Si queremos seguir hablando de guiños, el eje Moroder/Donna Summer cubre con efectividad el goce heavy, heavy de "Marinero", mientras que "No hash hash" arranca la página de lo que Dr. Alban apuntaba en "No coke": el derecho a la diversión sin drogas, pero con el detalle de Andrea Romina diciendo ésta sí en vez de no ecstasy, lo cual incluso se interpretaría como un saludo al "Éxta sí, éxta no" de Chimo Bayo. Y que no se nos pase de largo "Noventero", con esa base percutiva arquetípica del pop electrónico de esos tiempos, tan hiphopera, a la que Morales y los suyos ponen capas de distorsión tecleada. Vocación de servicio indie dance, con "Su inspiración" como único capítulo más experimental, a lo largo de 12 canciones en un disco que por más tiempo que se haya demorado en llegar (bueno, Guns N´ Roses y My Bloody Valentine se tardaron más, no seamos tan alharacos) tiene los números para ser la bomba en la pista. Porque como ellos mismos preguntan, ¿a quién no le gusta bailar?


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