MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: los 40 años del Cubo Rubik

Si pasaron por el buscador Google, seguro encontraron que en lugar del logo habitual está el archiconocido Cubo Rubik. Su presencia es válida porque hoy se cumplen los 40 años de ese juguete, un rompecabezas cúbico creado en 1974 por Erno Rubik, escultor y profesor de arquitectura húngaro. Llegados los años 80, este Cubo se convirtió en un objeto icónico, con sus colores y la valiosa posibilidad de hacer que manos y mente pudieran intentar resolver cómo llegar a armarlo, alcanzando la uniformidad cromática en cada costado. Por entonces los videojuegos estaban en pleno desarrollo y no eclipsaban a divertimentos más orgánicos como jugar a la pinta o a las bolitas o derechamente vérselas con este objeto venerado que ya es un cuarentón. El record de armar el Rubik en menos tiempo lo tiene en la actualidad el australiano Feliks Zemdegs, que se ha demorado 7 segundos nada más, batiendo sus propias marcas anteriores. Lo que es yo, nunca he podido armarlo a tutiplén, pero cada vez que me lo topo me lo paso bien con él. Este Cubo ha estado presente muchas veces en los afiches de fiestas ochenteras, e incluso aparecía en la portada de EL MUNDO SEGÚN (Mushroom Pillow, 2006), disco de Sr. Chinarro. Seguro los infantes tecnologizados de hoy verán al Cubo Rubik con extrañeza. Los que nacimos en el puente convulso entre el siglo XX y el XXI lo seguimos celebrando. ¡LARGA VIDA AL CUBO RUBIK!