PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: Björk reedita el Utopia con un set de flautas como regalo, y está presentando una obra de teatro en México

A menos que usted viva en una cueva ignota, o con los esquimales, debe saber mejor que yo que doña Björk es una mujer especial. Cuando anda de malas puede ser terrible (una periodista que sólo esperaba sacarle una cuña terminó golpeada sin piedad por la susodicha, sin ninguna explicación posible), pero a la larga lo que importa es su enorme talento, demostrado en discazos como POST (One Little Indian, 1995), HOMOGENIC (One Little Indian, 1997; ¿el primer disco de indietrónica en la historia?), VESPERTINE (One Little Indian, 2001; disco del año para la revista Wire) o MEDÚLLA (One Little Indian, 2004; el bueno de Mike Patton sale en la nómina de invitados). La misma que fue vocalista de los Sugarcubes hace noticia por lanzar la reedición de su última placa, UTOPIA (One Little Indian/Polydor/Universal, 2017), donde coproduce el venezolano Arca, álbum en el que no hay concesiones a la galucha, solamente exploraciones enigmáticas para oídos inquietos. Para ellos ya está disponible una repesca que agrega un tema nuevo, dos remezclas y algo más que no es ni un set de calcomanías ni un poster autografiado ni un libro de fotos. ¿Y qué es? Una colección exclusiva de flautas de madera. En ciertos momentos de UTOPIA hay sonidos de pájaros, ergo eso puede relacionarse sin problemas. La islandesa no se queda en eso, ya que está en México para dar varias funciones durante estos días de CORNUCOPIA, una obra de teatro digital que probablemente le vuele el trasero al Cirque du Soleil y sus montajes maximalistas, carnada para izquierdistas que juegan golf o para progres que quieren estar a la última. Björk seguro va más allá. Y por eso nos gusta.