18 abril, 2015

TVMHTD: la conmovedora confesión de Pamela Jiles en Vértigo

El capítulo más reciente de VÉRTIGO (Canal 13) no sólo tuvo notoriedad por ser el último de Diana Bolocco Fonck antes de su hiato pre y post-natal (a partir de la próxima semana su hermana Cecilia será compañera de Martín Cárcamo, una prueba de fuego a la hora de ver si quien fue Miss Universo en 1987 es capaz de acoplarse al ritmo actual de nuestra pantalla). También por la presencia como invitada de Pamela Jiles, recientemente removida de sus quehaceres en La Red. No olvidemos que la ex conductora de La Pluma fue parte del estelar en 2004, en una sección junto a José Miguel Villouta que tuvo en una noche debut y despedida, ya que para ese tiempo no podían soportar ciertos famosillos tanta acidez. En La Pregunta del Pueblo, primera parte de este estelar, tuvo que responder a quien pensaba que ella se había vendido al trabajar en espacios faranduleros. La Abuela aclaró que más de una vez ha abordado asuntos más importantes en esos programas colgándose de tal o cual detalle frívolo, y remarcó que Chile a Prueba de Jiles, esa notable sección que tenía en MENTIRAS VERDADERAS, fue censurada por posibles presiones desde La Moneda (!). Durante el momento en que el bailarín Rodrigo Díaz intervino con una muestra de su trabajo como instructor de zumba, se contagió al ritmo de un tema de Pitbull ("Fireball"). Y luego llegaría La Hora de la Verdad, que así se llama la entrevista a la que llegan los dos finalistas, en este caso Pamela y Javiera Contador. Lo que importa sobremanera es destacar la confesión que hizo a Martín, recordando un episodio ocurrido durante su adolescencia, donde fue secuestrada, insultada, golpeada y violentada sexualmente por dos días. Cada palabra de Pamela en ese instante estaba cargada de una cruda claridad, de una sinceridad a prueba de balas. Y sin asomo de oportunismo. Conmovedora declaración la presente de Pamela Jiles, una Abuela que tras esa coraza de mujer dura, de personaja ácida y punzante, no ha perdido su ternura, su emotividad real. Una mujer valiente en un país de poderosos tontos y cobardes, de corruptos y mafiosos de cuarta que todavía agarran el teléfono para llamar cuando algo no les parece a los lindos. Fuerte el aplauso una vez más para esta gran mujer, que da lo mismo si ganó o no esa noche; lo importante era que abrió un rincón de su ser donde el dolor no se ha ido y con eso me basta para apagar el televisor y sentir que vi algo digno. ¡Gracias mil veces Abuela!

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