INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: Cucurto y el imaginario dominicano

Quiero dedicarle unas líneas a un personaje cuyo nombre real es Santiago Vega, más conocido en el entorno literario argentino e internacional como Wáshington Cucurto. Recuerdo cuando en el verano de 2003 me senté con él en el Restorán Venezia del Barrio Bellavista; aquella noche de enero terminó regalándome varios libritos suyos y de otros autores como Fabián Casas y Cristian de Nápoli. Entre esas ediciones de carácter artesanal estaban dos suyos: uno firmado con su nombre real y otro que es el motivo de esta reseña. Hablo de ¡OH, TÚ DOMINICANA DEL DEMONIO! (Belleza y Felicidad, 2002), plaquette que recoge material antes aparecido en LA MÁQUINA DE HACER PARAGUAYITOS (1999) y otros poemas, algunos de ellos igualmente destinados al posterior VEINTE PUNGAS CONTRA UN PASAJERO (2003). En estos versos y prosas que reviso, Cucurto (también acepta que le digan Cucu) se inclina por inspirarse en la vida de los inmigrantes de raza negra, con un tono exuberante y pícaro, lleno de humor y de alardes pornográficos. Lo mismo le sirve mencionar aquí a referentes puramente literarios como Georges Perec o Fernández Moreno que a otros populares como Willy Chirino o Sandro. Cucurto se pierde felizmente en anotar el recorrido de las negras, les toque trabajar en la caja de un supermercado ("Día tras día un trío de mujeres") o tengan que prostituirse ("Eras la consentida de los clientes"), o simplemente pronunciar sus nombres exóticos ("Lluvia de estrellas"). Tal vez el mejor momento de esta breve selección, epilogada por un tal Humberto Anachuri, que seguro es un alter ego del autor, es "La muerte viene vestida de mulata", poema que tiene algo de la gracia de nuestro Óscar Hahn, más un final donde a la susodicha la corren con una gran pava/de agua caliente para el mate. Imaginación y picardía en su punto.