PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: El Futuro se Fue, un disco de culto de Jorge González

para Felipe Avendaño Sáenz

Hagamos memoria. Jorge González recién partía su carrera solista, tras el fin de la segunda etapa de Los Prisioneros, publicando un disco homónimo en 1993 (aquel donde aparecían "Mi casa en el árbol", "Ésta es para hacerte feliz", "Fe", "Lluvia", "Esas mañanas"...). El sanmiguelino no quedó conforme con ciertos detalles de la producción, y lo que lo dejó más quemado fue el acápite promoción; sentía que lo estaban vendiendo como otro Chayanne o Ricky Martin en vez de presentarlo como lo que es históricamente, el hombre que ha liderado una banda fundamental para el rock chileno y latinoamericano. ¿Qué podía hacer González al respecto? Refregarle al sello para el cual grababa un disco lo más anticomercial posible. Si me permiten la analogía, entonces EL FUTURO SE FUE (EMI, 1994) es a su autor lo que METAL MACHINE MUSIC (1975) a Lou Reed (ese engendro de guitarruidismo alguna vez motejado como "el peor disco de todos los tiempos", que pese a todo fue un trabajo influyente para todos los hacedores de ruido enfermizo que aparecerían más tarde). No se me ocurre otra mejor para un trabajo muy complejo y variado, que se abre con "Mapuche o español" y "El futuro se fue", piezas cuyos versos indagan en las heridas abiertas de nuestro país y sus raíces mestizas; la primera es un tenso dúo con Carlos Cabezas, y la segunda tiene un leve toque Jaivas. "Cuánto aguanta un niño" es una sucesión teatral de gritos, una bofetada para que no nos hagamos los lesos con cómo son maltratados ciertos muchachos, y cómo puede repercutir eso en su desarrollo. Glups. De eso pasamos al momento más pop: "El niño y el papá", básicamente la bitácora de un padre feliz con su bebito. "Nacer" y "Lo mismo" son ensayos de erotismo muy oscuro y casi críptico; en la última toca el clarinete John Streeter. Más tarde, la trilogía conformada por "Quien canta su mal espanta" (uno de los temas más Víctor Jara de Jorge), "El poder" (ironía eléctrica que remata así: por poder se han creado los hombres en la faz de la tierra/y yo que creía que el único malo era Walt Disney) y una "Culpa" que se desgaja tan tosca y tan autista, atreviéndose a plantear que los libros siempre mienten. Todo continúa con "La muerte de Santiago", intelligent techno cinemático y apocalíptico. "Celebrando el comienzo de la luna" es una excursión por terrenos folk, un ejercicio balsámico por lo alto. EL FUTURO SE FUE echa el cierre con "Nieve", ración de ambient cósmico que inserta entre sus capas pedazos de cotidianeidad (se oye a Jorge hablar con los suyos). ¿Disco de culto en el currículum del sanmiguelino? Ciertamente. Y reivindicable siempre. Incluso por ese pie descalzo en la portada (al menos así sale en el cassette, porque en el prensado vía CD salen los dos) que tiene un primo hermano: el símil en el aire que puebla la tapa del TRUST (2002) de Low.