MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: mi Día del Niño

 Ya no soy un niño, más bien soy un cuarentón desastrado, sin embargo igual me doy maña para aprovechar este momento de agosto, aunque la pandemia azote. En la feria del barrio me regalé un tetris a pilas barato con pilas de menor alcance que a futuro las cambiaré por unas mejores. Desde los 13 años soy un adicto a estos aparatos de bajo costo con juegos de poner, sacar y matar cuadrados, llegando a momentos elevados en que alcanzo el millón de puntos. Otros tendrán su enganche con los FIFA, los Pro Evolution Soccer (PES), los Grand Theft Auto, los Final Fantasy, los The Last of Us y tal, pero yo soy un gamer a la antigua y barata, que a todas partes lleva su aparato, imitación del Game Boy ideado por la casa Nintendo. También revalido mis votos como fan de Peppa Pig, al comprar un estuche con cepillo y pasta dental de ese personaje cuya serie la pasa Discovery Kids. Alguna vez tuve el jabón y el shampoo de la chanchita, y hoy conseguí lo ya descrito.