PAPELERÍA (o poesía): Fuerza motriz

El lápiz es azul, el maldito lápiz es azul*
-repetía mientras intentaba escribir
un texto en el que deseaba demostrarle al lector
que cuando el lápiz es manejado por una
fuerza motriz convencida de su postura al 100%,
por más que fuese azul o verde o rosado, ese lápiz
siempre ha de ser rojo sangre, una vena abierta
sin el pus de Panero, un río que se mueve
en todas las direcciones imaginables siempre y cuando
el que maneja el lápiz lo desea. A él le da lo mismo
si sus editores le compran o se cagan de la risa:
sólo trata de ser coherente con este ímpetu, con
este esfuerzo de escritura al rojo vivo que se caga
en el lápiz azul y en el piso gris
que a menudo valida sólo lo circunspecto.


*Jim Carrey