17 febrero, 2020

INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: una guía para leer a Juan Gelman

Acudo al recuerdo personal. En 2005, Juan Gelman fue reconocido con el Premio Iberoamericano Pablo Neruda, el cual recibió en el Palacio de La Moneda. También hizo una lectura en la Sociedad de Escritores de Chile en la que pude estar presente y pedirle al poeta que me autografiara una antología de sus versos editada por Literatura Mondadori. Varios meses antes de ese premio, Pablo Montanaro, otro vate que ha dedicado su tiempo a estudiar la obra de Francisco Urondo, Roberto Arlt y Julio Cortázar, escribe un librito a manera de visita guiada a la vida y obra del oriundo de Villa Crespo, pero que vería la luz en 2006. JUAN GELMAN: ESPERANZA, UTOPÍA Y RESISTENCIA forma parte de una colección de guías básicas de lectura creada por la revista Lea. En menos de 100 páginas se puede tener una idea clara de lo que fue la vida de un personaje nacido de la unión entre el obrero ucraniano José Gelman, quien estuvo apoyando las protestas contra el Zar Nicolás II, y la rusa Paulina Borichson. Juan se sumerge en la lectura y empieza su coqueteo con la poesía mandándole a una vecinita que le gustaba textos de Almafuerte, pero haciéndole creer que eran suyos. Y de ese amor imposible nacerían sus primeros versos. Luego empezó su involucramiento en política, algo en lo que tuvo momentos agridulces. Como cuando renuncia al Partido Comunista trasandino, ya que ellos no apoyaban la vía revolucionaria de Fidel Castro en Cuba, algo que prende la mecha en "Pensamientos", largo poema dedicado a hablar de la muerte de Ernesto Che Guevara, donde les refriega a sus ex compañeros de partido su postura repitiendo: ustedes lo dejaron morir. O cuando milita en el peronismo y se alinea con los Montoneros, y debe salir del país amenazado por la dictadura, exiliándose en países como España, Italia y México, donde residió por muchos años. La milicia represora asesinó a Marcelo Ariel, su propio hijo, dejando su cuerpo en un tambor de aceite. A la esposa de aquel la trasladaron a Uruguay, quien dio a luz a su hija y más tarde también fue asesinada. Gelman no dejó de preocuparse de buscar a su nieta, y afortunadamente logró encontrarla. Más allá de los versos, su trayectoria como periodista, fuese como director o como un simple redactor, fue muy respetada. Montanaro no vacila en dejar claras las señales presentes en los distintos tomos publicados por el vate, donde fue abordando distintos procedimientos, llegando a prescindir de la puntuación tradicional, valiéndose del corte de versos o de encabalgamientos, de alterar las palabras o inventar otras, de crear heterónimos que complementan como Sidney West, Dom Pero o Julio Grecco, del diálogo con los poetas místicos y con los letristas del tango, de atreverse a escribir en el castellano judío o sefardí como lo hizo en DIBAXU (1994), de lograr la síntesis espléndida o de echar mano de su historia personal en obras como CARTA A MI MADRE (1989) o VALER LA PENA (2001). Este recorrido se cierra con extractos de entrevistas que este enorme poeta dio a lo largo de su existencia, finiquitada en 2014, material necesario para conocer las influencias, obsesiones y metodologías de alguien que sabía que con un atado de versos no iba a hacer la revolución ni le iban a dar un descuento en la tienda de ropa, pero tal acto es un refresco para la confianza del día a día. Permítome citar una de esas cuñas: La poesía es lenguaje calcinado y su palabra se alza desde esas calcinaciones que algunos llaman silencio y, sin embargo, todavía se retuercen y aún crepitan. En la poesía se escuchan los silencios. Y eso también es realidad del hombre. Y a esas cenizas siempre hemos de volver.

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