FERIA PULSAR 2018
Estación Mapocho
23 al 25 de noviembre
A punto de cerrar el penúltimo mes del año siempre llega la ocasión en que los actores involucrados en la industria musical comparten, se muestran, conversan y entregan lo mejor de sí. Ya van 8 años en que la Feria Pulsar es un destacado con flúor en la agenda de panoramas santiaguinos. El viernes todo empezó con un tributo al recientemente fallecido Lucho Gatica, y siguió con el rapeo del bueno de Zaturno, el progresivo de Éntomos (vencedores en los Premios Escuchar), la pachanga con actitud punk de la Sonora de Llegar y el hardcore melódico inmortal de los BBS Paranoicos, entre otros números. En el caso de esta revisión a pie de plató, se parte de la segunda jornada pasadas las 19 horas, cuando Playa Gótica remataban lo suyo en la terraza. Todo al calor de cada descubrimiento o redescubrimiento, que de aquel había bastante ayer en la Sala de las Artes.
Sábado 24
Consuelo Schuster. Su hermano calvo había aparecido con antelación, y le tocaba mostrarse a la ex jurado de ROJO (TVN) en su lado más cortavenista y radioformulero, el mismo que le permitió sonar en las radios de Puerto Rico. ¿Por qué sentir vergüenza de corear "Estar contigo", "Después del adiós", "Aléjate de mí" o "Aquí me tienes"? La rubia y sus jeans rayoneados de ternura, que diría Roberto Bolaño, ganan la partida, metiendo como otra ficha deliciosa la filoreggaetonera "Dale" (hay reversión con Jowell y Randy).
Niños del Cerro. La movida más importante en el indie local, saltando de Sello Piloto a Quemasucabeza, es la que dieron los firmantes de NONATO COO (2015), que ya sacaron su secuela. En el escenario 2 de la terraza dejaron el alma y poco más a punta de afropop como el de la valiosa "Contigo" y de noise ferocísimo, colocando un audio de Matías Catrileo, otra de las víctimas fatales de la represión policial en la historia de Chile. Que entre el respetable pasara un muchacho con polera de My Bloody Valentine tenía sentido.
Adelaida. Jurel Sónico es el guitar hero del rock noventero de aquí. Su aprendizaje de todas las fuentes gloriosas del ruido de ley, sean estas Dinosaur Jr., Nirvana, The Smashing Pumpkins, Los Planetas (los teloneó una vez en la Blondie) o, para variar, MBV, se refleja de frentón en unas canciones que piden a gritos atención. El refuerzo de Chini and The Technicians prendió aún más la llama sólida que permitió hacernos creer en un disco como PARAÍSO (2017).
Domingo 25
Wachún. En el terreno de la música infantil hay mucho talento, y estos jovencitos pueden ser un feliz botón de muestra, hablando del cuidado del medio ambiente, el comportamiento en las bibliotecas y otras cosas, mezclando elementos del folclor gaucho, el hip hop e incluso ¡Luis Miguel!
La Rata Bluesera. En una versión expandida de ellos mismos, supieron encajar sus propias piezas al lado de versiones como "El viaje" y "Lluvias del sur" de Schwenke y Nilo (una de toque country, la otra cerca del Eric Clapton cosecha 1989), e igualmente "Sube a nacer conmigo hermano" de Neruda y Los Jaivas cargada al son cubano y el reggae.
Congreso. La voz de la experiencia es la de un Pancho Sazo, animal de muchas batallas al igual que sus compañeros. Pusieron a brillar algunas tracas de LA CANCIÓN QUE TE DEBÍA (2017), más sus musicalizaciones para textos de Nicanor Parra sobre los derechos del niño, y se fueron tras la imponente y cargada de fuerza africana "En todas las esquinas". Esto es también para los arqueólogos de un futuro que deben ser desprejuiciados y lo menos anestesiados por ruidos burdos.
Delia Valdebenito. Ella es un misterio, una señorita acompañada de otras señoritas que hacen coros y bailan, y todo se parece al viento que matiza el calor total. Pop amigable con afinidades folclóricas e incluso reggaetoneras. A buscarla se ha dicho.
América Paz. El año pasado hacía demostraciones de bajo en un puesto, y ahora llevó la responsabilidad de estar en uno de los escenarios mayores. Con ese nombre continental, poético y pacífico, y esa impostura, ella se desenvuelve magnética a lomos de un funk suelto y fresco que a los fans de Los Tetas, Papanegro o los Chancho en Piedra les sonará a agua bendita. Una versión de Mazapán, ese "Kamikaze" y la interacción con un beatboxer redondean lo que fascina. God bless América!
Vanessa Valdez. Una chica que dice haber sobrevivido a un cáncer de mamas se planta y va regalando píldoras de R&B y hip hop con mucha pasión y ganas de conectar con la gente. La aparición de Tallulah Neira, hermana del muy conocido Quique, también suma. Lo mismo la polera de Marvin Gaye que llevaba su bajista zurdo.
Lucybell. La Sala de las Artes fue un imán para la parcialidad lucybélica. Valenzuela, Caces y Foncea (Cote, también en el Alain Johannes Trío) no dejan de ser una máquina muy bien aceitada para repasar nuevamente un cancionero que merece esa respuesta enorme: ser carne de karaoke. Claudio ya decía que hay canciones que se terminan cantando solas (Mon Laferte también sabe de ello), y se notó durante "Luces no bélicas", "Fe", "Sálvame la vida", "Tu sangre" o "Mil caminos". El punto extra lo consiguen subiendo a Gabigar, la ex reina de belleza que este año ganó en el Festival de Viña la Internacional con "Cobarde".
Max Appelt. Oiga, Saotome: acabo de pillar a un hombrón dándole a su Ibanez, acercándose que da gusto al legado de otros capos del metal instrumental con la guitarra como protagonista, como lo son Joe Satriani, Alejandro Silva o Gabriel Hidalgo. Desde el stand de Red Poncho salían chispas prometedoras.
Rey Puesto. En formato dúo, el grupo donde está Jean Philippe Cretton despachó en el rincón de la Disquería Chilena algunas de sus canciones ya hechas y derechas, más una reciente. Aquí hay recorrido estupendo.
Gepe. El único problema de esta pasada con el de San Miguel fue un acople cargante. Fuera de ello, hubo espacio para disfrutar con su vertiente folclórica, destacando momentos de FOLCLOR IMAGINARIO, su placa tributo a Margot Loyola en su centenario. No se olvidó de "Hablar de ti", "Alfabeto" y "Bomba Chaya". Y abordó "Un amor violento" de Los Tres. Daniel Riveros sigue tomando cada sonido tradicional hasta que lo mete en su universo como una piedra preciosa.
Javiera Mena. Ella la tuvo más jodida, por un computador que le tira las bases complicado. Pero la voluntad sencilla de esta muchacha avanza, entre la intimidad de "Sol de invierno" y "Cámara lenta" y el rollo raver que se infecta en "Espada", "Luz de piedra de luna" o "Espejo", esta última donde se dice que sólo existe la verdad, frase que llevaba un fan en su cartel, el cual fue visto por la susodicha.
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