Vientos desafortunados soplan en torno a La Red. ¿Por qué?
El pasado jueves 30 de abril se le bajó la cortina a #vigilantes, ese programa que conducía Nicolás Copano.
Llevaba 1 año y medio al aire y parecía seguir su rumbo, convocando a distintos panelistas para debatir en torno a los hechos más relevantes del acontecer local y mundial, haciéndole frente a los informativos de otros canales sin que le temblara el pulso. En este mismo blog se le dedicó hace muy poco otro posteo (el primero fue cuando recién partía). Pero no contaban con una decisión de índole comercial (?) tomada por ejecutivos de La Red que le dice adiós a un programa que quizás tuvo sus pifias mas siempre se la jugó por apostar a la conversación más precisa, con un Sebastián Esnaola (¿el Jorge Lanata chilensis, como decía un telespectador?) que demostró ser todavía más jugado que en su labor radial (en LA HORA DEL TACO de Universo), con otros personajes que recuerdo de igual manera como Margarita Hantke, Libardo Buitrago, Aldo Duque, Paloma Salas, Felipe Avello, Lorna Soler, María Jesús Matthei, Ángela Barraza, Esteban Silva... No son pocos los momentos inolvidables que se pueden citar: cuando en el debut Tomás Jocelyn-Holt se burlaba de Manuel José Ossandón y su hablar mucho de sí mismo; cuando Pamela Beytía confesó haber sido abusada por un cura en su adolescencia; cuando Esnaola entrevistó a un español seguidor del régimen dictatorial de Norcorea, tipejo que se dedicó a ningunear a su entrevistador de un modo patético; cuando el mismo Seba comentó el Caso Penta con la pizarra; cuando las discusiones llegaban a ponerse tan tensas, al punto que entró como auspiciador un tranquilizante (Melipass); cuando se habló una y otra vez del Estado Islámico y sus fechorías; cuando Checho Hirane se enojó por una pregunta que aludía a Pinochet sólo de forma indirecta; en fin, duele perder a #vigilantes. Copano leyó el mensaje de despedida llorando, sin ocultar su dolor al ver que se le echa tierra a un ejercicio de opinión intensiva, tal como lo dijimos aquí mismo, con aportes vía línea telefónica y Twitter. Esto es una injusticia. La rabia que me dio ver que esto ya no sigue me tuvo rumiando, puteando, en un estado como el del entrañable Tano Pasman cuando vio a River Plate irse a la B. En vez de sacar cosas como ese CARA A CARA con Tomás Cox (¿a alguien realmente le importa eso, más allá del repaso de entrevistas archivadas?) o el programa de rodeo echan abajo una tribuna que le daba más peso a los contenidos de La Red. Sentí casi el mismo resquemor que cuando sacaron de MENTIRAS VERDADERAS el Chile a Prueba de Jiles. Si en este mismo caso otra vez las presiones telefónicas y/o de la elite anduvieron corriendo mano, ya sería más mala pata. Ese vacío a partir del lunes será llenado con la retransmisión de la narcotelenovela PABLO ESCOBAR: EL PATRÓN DEL MAL que Mega tuvo anteriormente.
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