17 febrero, 2014

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: la transición


GEPE
Hungría
(Quemasucabeza, 2007)

/POP/ Tras el aclamado GEPINTO (2005), Daniel Alejandro Riveros encaró eso que históricamente se ha denominado "el difícil segundo disco". Para ello contó con la producción de Vicente Sanfuentes, hombre que ha participado en proyectos de hip hop como Iwannawin (en solitario) o Hermanos Brothers (con Pedropiedra), y en asuntos de talante electrónico bajo el alias Original Hamster o con Uwe Schmidt en Surtek Collective (mezclando reggaetón con acid house, menuda travesura). Su mano se nota en "Celosía", primer sencillo promocional de este disco, dub pop de repiqueteos amigables y letra sobre una relación que pasa por la jodida fase de la desconfianza (ultra atrasado/parte el recado que te doy en la siesta/quisiera tanto hablar de qué nos molesta), cuya cadencia se metió con justicia en parrillas radiales; cuando Gepe la canta en vivo suele meter al final unos versos del "Cuéntame una historia original" de Los Prisioneros. Revisando el resto del minutaje no parece caprichoso escucharlo como un disco de transición, donde el sanmiguelino conserva las líneas de acción acústicas trazadas en GEPINTO y se la juega por nuevos coqueteos con la electrónica. En torno a él seguro se realimenta el debate de si GEPINTO es o no el mejor disco del ex Taller Dejao, discusión que me recuerda a esos fanáticos de Manuel García que insisten en ensalzar el debut solista PÁNICO (2005) como lo mejor de ese otro cantautor. Y personalmente me he de quedar con el Gepe guitarrero acá, el de "357", la bellísima "A la vista" (quiero tanto volverte a ver...), la algo abstracta "8Tema", el flirteo con el alt. country de "Samoriseva", la todavía más bella "Hungría" y la tonada final "Hebra prima". Lo cual no significa que su lado synth me tire para atrás: "Esgrima" (su letra me sigue pareciendo muy lograda), "Gracia", la ya mencionada "Celosía" o "No te mueras tanto" (con coro en inglés; tiempo después en alguno de sus shows su autor la había reconvertido al reggaetón, lo cual desconcierta divertidamente) pueden ser igualmente queridas. Lo dicho: disco de transición hacia un camino donde el valor está más en ser pop que en ser indie, senda donde el EP Las Piedras (2008) sería un punto intermedio antes de sus siguientes obras, las que ya tienen a nuestro muchacho en la mejor vitrina.

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