12 septiembre, 2013

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: desgarro emocional y otras aristas expuestas con buen olfato

LOS PRISIONEROS
Corazones
(EMI, 1990)

/CANCIÓN ELECTRÓNICA SENTIMENTAL/ Cuando apareció CORAZONES, la reacción típica de los que se decían fans de Los Prisioneros era alaraquear porque abandonaron las letras de corte sociopolítico, porque de repente les picó el bichito de hacer canciones de amor, porque se cuadraban más cerca del tecnopop plástico que del punk rock combativo... Bueno, durante esos años las brechas entre seguidores de distintas corrientes musicales eran muy estrictas. Pero como el paso del tiempo suele ser más sabio, en este siglo XXI con mirada tricolor la cosa es positivamente distinta: las oleadas jóvenes valoran mucho un disco como CORAZONES. ¿Ejemplos? Javiera Mena en "Luz de piedra de luna" acusa, mediante esas bases house pop, la huella que dejó en su buen hacer "Con suavidad"; para colmo, en la banda sonora de JOVEN & ALOCADA (2012. Dir.: Marialy Rivas) encaja una versión muy sexona de "Amiga mía". Gepe suele citar versos de "Cuéntame una historia original" cuando canta en vivo "Celosía". Teleradio Donoso, grupo donde militó Alex Anwandter, grabó en una sesión de 2008 para Radio Uno su cover de la ya citada "Con suavidad". Y en la web de Super 45, alguien tuvo en su momento el acierto de hacer su reseña del álbum. 

Suficientes señas para ver que la idea de Jorge González fue buena desde que la boceteó. Ignorando si en efecto varios de sus pasajes los dedicó o no a una pareja de Claudio Narea, ausente en la formación de entonces (hacer farándula dura de eso no me calienta), vale contar que el sanmiguelino grabó el disco en Los Ángeles, California, Estados Unidos, con la tecladista Cecilia Aguayo y el guitarrista Robert Rodríguez, amigo personal de Jorge que ha liderado la Banda 69. Gustavo Santaolalla se encargó de producir, con la colaboración de Aníbal Kerpel. CORAZONES pudo ser presentado como un disco solista de González, suele decirse, pero no hay problema con hermanarlo junto a sus predecesores, pues permanece el buen olfato de su líder a la hora de rastrear melodías que destilen sentimiento y claridad a la hora de hablar de actitudes duras y crueles. "Amiga mía", "Con suavidad" (en cuyo final Jorge se adelanta a los coros tartamudos que hoy abundan en el superpop, de Lady Gaga para abajo), "Cuéntame una historia original" (qué gran verdad: Todo el mundo dice que vive sufriendo como nadie más...), "Estrechez de corazón" (perfecta conexión entre el hálito de Camilo Sesto y el pulso de Giorgio Moroder; recuerden cuando en el Festival de Viña 1991 Jorge la introdujo citando el principio de "El amor de mi vida"), "Por amarte" y la pomposa "Es demasiado triste" tiran del desgarro emocional, tópico general de un disco que también tiene otras aristas. Como "Tren al sur", la evocación de cuando era algo romántico ir en tren hacia el campo y más allá (lástima que Ricardo Lagos la citó cuando en su período presidencial inauguró un tren que al final funcionó mal, puaj). Y qué decir de "Corazones rojos", flirteo con el hip hop que habla del machismo más extremo sin freno: seguirá esta historia, seguirá este orden/porque Dios así lo quiso, porque Dios también es hombre. Tampoco nos olvidemos de "Noche en la ciudad (Fiesta!)", cuyo esqueleto New Order nos presenta un cuadro en el que González ironiza sobre las gentes del barrio alto muy potifrunci; una vez más baile y agudeza lírica van de la mano. CORAZONES, sin duda otro momento excepcional en la historia de nuestra música popular.

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