PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: yo creo que creo en Los Punsetes

A la hora de echar una oída a la saludable renovación que la escena independiente española ha tenido, durante la década pasada, ya podemos subrayar como se merecen a Nisei, Manos de Topo, Pumuky, El Guincho, Klaus & Kinski, Tarántula, Mendetz, CatPeople, Montevideo, La Bien Querida y muchos más, gente que enriquece con honores la certeza de que la España musical va más allá de las resacas de lo que fue Operación Triunfo, las mamilas dudosas tipo El Canto del Loco, o cualquier cosa sobredimensionada por Los 40 Principales (eso sí, a Nena Daconte los salvo de las llamas).

Y si aún no menciono a Los Punsetes, ya estaría bueno que lo hiciera. Este grupo, que ya dijo presente con un álbum homónimo en 2008, le saca nervio y gracia a una música que es descaradamente solvente, aunque su receta no sea tan nueva: entre la actitud oscura de los 80 y la distorsión planeadora de los 90 (mmm, aquel noise pop), las confesiones absurdas y fisuradas salen por la boca de Ariadna, cantante que se paraliza frente al micro para soltar cada sílaba y entregarle el calor enturbiado que es suyo. Este LOS PUNSETES 2 (Gramaciones Grabofónicas/Everlasting/Pop Stock!, 2010) es un caramelo amargo que en cualquiera de sus estaciones te toma por sorpresa, y no me digas después que no caíste, tarareando "Los cervatillos", "Dinero", "Yo creo que creo en Satanás", "El artista" (su deuda positiva con Los Planetas) o la pausada y esclarecedora "Por el vicio", un futuro himno a la altura del "Dos policías" que no olvidamos. Con delicias como la referida, sí vale seguir buscando en esa escena; que lo diga María Kasuki.

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