INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: "Amor que no es"

Mañana es febrero 14, lo sabemos. El Día de los Enamorados. Otra engrupida publicitaria de las que abundan. Igual hay quienes se la toman en serio, y no pretendo aguarles la fiesta. Para este año, quien escribe les entrega una especie de atornillada al revés, titulada igual que una canción de la etapa malebranera de Saiko: unos pocos poemas que enuncian al amor, pero desde perspectivas nada tiernas. La apología celosa de Armando Uribe Arce, el ars poética burlesca de Enrique Lihn, la unión por conveniencia de Isabel Margarita Bustos, la queja lúdica de Juan Gelman (Premio Cervantes 2008) y la prueba animal que Eduardo Lizalde exhibe es todo lo que pueden encontrar aquí.

EN LA CARPETA

Tomé mi amor que asombraba a los astros
y le dije: señor amor,
usted crece de tarde, noche y día,
de costado, hacia abajo, entre las cejas,
sus ruidos no me dejan dormir perdí todo apetito
y ella ni nos saluda, es inútil, inútil.

De modo que tomé a mi amor,
le corté un brazo, un pie, sus adminículos,
hice un mazo de naipes
y ante la palidez de los planetas
me lo jugué una noche lentamente
mientras mi corazón silbaba, el distraído.

Juan Gelman


NO TE AMO, AMO LOS CELOS...

No te amo, amo los celos que te tengo,
son lo único tuyo que me queda,
los celos y la rabia que te tengo,
hidrófobo de ti me ahogo en vino.
No te amo, amo los celos, esos celos
son lo único tuyo que me queda.
Cuando desaparezca en esos cielos
de odio te ladraré porque no vienes.

Armando Uribe Arce


AMOR CORRIENTE

Enamorado él
de lo que todos amaban de ella
y ella de las perlas
en la cuenta de él,
se casaron y al poco tiempo nació
su hija
Carencia.

Isabel Margarita Bustos


SOBRE EL AMOR

Hago mi oficio para los mitómanos
para los adolescentes, para Madame Bovary
para ti, que te la dabas de enamorada absoluta
Escribo para quienes creen que van a morir en un momento
de ofuscación
sobre el amor.

Enrique Lihn


AMOR

Aman los puercos.
No puede haber más excelente prueba
de que el amor
no es cosa tan extraordinaria.

Eduardo Lizalde