MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: una tarde noche templada en el Thelonious

De nuevo enfilando hacia el Barrio Bellavista. Así me encontré ayer, con la claridad de llegar al Puente Loreto (las cercanías se están remodelando en lo que se refiere a los pastelones), los exteriores de El Toro, una automotora en medio de la soledad, árboles viejos y de impronta misteriosa, la botillería marcando el tramo donde está lo que me interesa, un club nocturno de seguro recién instalado... hasta que encuentro el bar restaurant y club de jazz Thelonious. Allí se realizaría la presentación de las buenas nuevas de Ramón Díaz Eterovic: la novela EL SEGUNDO DESEO y el CD ACERCA DE HEREDIA Y OTROS CUENTOS. Junto al autor estuvieron Ricardo Gómez López (responsable de Leutun, editora y discográfica que sacó el compacto ya mencionado), el crítico y ahora también cronista Álvaro Bisama (difícilmente se me va a olvidar cuando leía todos los viernes sus comentarios en una revista del diario La Tercera), y don Boris Maruna, poeta y embajador de Croacia en nuestro país. Cada presentador estuvo a la altura, Bisama con el ojo crítico bien aceitado y el señor Maruna, a pesar de manifestar cierto nervio en su perorata, no le falló la amenidad. Ramón leyó los dos primeros capítulos de su novela. Estuve viéndolo todo sentado junto al poeta Gustavo Donoso y con Poli Délano a centímetros de nosotros, mejor dicho a espaldas. Ya había pasado por el Thelonious hace dos años, para el lanzamiento de un libro de la poeta y abogada (y muy bella chica, sí que sí) Aída Osses Herrera. O sea, mi sensación de estar en ese lugar no podía ser fallida. Y estaba sirviéndome un café con Drambuie, jugada gozosa planeada justo después de revisar la carta (mi guiño cómplice a María Gracia Subercaseaux y Tito Matamala, lo del licor de whisky con miel). La ventana mostraba una van con equipos de transmisión, y lo cierto es que se estaban preparando para la transmisión de un programa de Radio Zero a las diez, por eso también pusieron en el escenario el lienzo indicador. Hubiera sido perfecto acercarme a Bisama, pero salió demasiado pronto.