A él le dolía la boca
y a ella le dolía el grito
abierto y sangrante. De un momento
a otro
se pasa del placer al dolor
sin diferenciar uno del otro
aunque a menudo
ella carga
con la parte más terrible,
con las lágrimas culposas que no merece.
Llegando a este punto me pregunto si en el año que comienza los sueños y fantasías se detendrán hasta nuevo aviso. Puede que ese proces...
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