GACETA DE GACETAS: Estandarte, un diario "patriota" que apoya a Kast

 Hace rato que no volvía a poner en marcha esta sección dedicada a diarios y revistas de diversos orígenes, y mejor si se trata de publicaciones artesanales y minoritarias. Ayer caminaba por Alameda, cerca del Metro Ecuador, cuando de pronto me topé con un ejemplar de Estandarte. Se trata de un diario muy nuevo, que se presenta como El único periódico patriota de Chile. Sí, estimado lector: este es un medio que apoya la candidatura presidencial de José Antonio Kast, y también de quienes buscan llegar a ser senadores y diputados representando al Frente Social Cristiano, aunque se declara un medio independiente que sólo se financia con las inversiones de sus auspiciadores y suscriptores. No recibimos aportes económicos de ninguna organización, partido político o iglesia. Esa nota de advertencia cierra así: Si a usted no le gusta el estilo editorial, tiene todo nuestro respeto. Nadie nos paga para expresar nuestras convicciones. Nosotros no somos así. No insista. Gracias. Israel Vilches es el director del diario, cuya edición de octubre que tengo en mis manos empieza con una editorial llamada "Si me quieres insultar, no me llames fascista", donde responde a algo que le pasó en una feria, haciendo precisiones históricas entre el comunismo, el socialismo, el fascismo y el liberalismo. Vilches señala: Si me aprietan, probablemente, al igual que muchos chilenos diré que ante todo soy cristiano, y que amo a mi país como si en eso cumpliera un deber religioso. Es decir: soy patriota. Y estoy seguro que patriotas hay de izquierda y de derecha, personas que independiente de su ideología aman a Chile. Ahora, más allá del rollo pro-Kast, esta edición de Estandarte aporta con contenidos de interés más general, como la historia de Martín Lutero, algo sobre el Parque El Trapiche de Peñaflor, Jorge Abasolo hablando sobre "El origen de Halloween" (el mismo colaborador preparó el puzzle de contratapa), el peligroso aumento del consumo durante la pandemia de videojuegos violentos por cuenta de los niños y adolescentes y un texto del abogado Jonathan Theza sobre cómo el rock ha sido censurado por las dictaduras comunistas, y lo que pasó en Moscú durante agosto 1989, cuando varias bandas occidentales pudieron llegar a tierras soviéticas. Visto y leído esto último, aunque apoyen al que ya dijimos, Vilches y su gente sí tienen todo mi respeto. Por algo decidí destacarlos.