Cuando algunos pensaban que la resaca del estallido social iba a tumbar el Festival de Viña para su versión 2020, eso no ocurrió. Los incidentes en los alrededores de la Quinta Vergara no alcanzaron a llegar al recinto mismo. Las presencias de Ricky Martin, Mon Laferte, Ernesto Belloni, Francisca Valenzuela, Maroon 5 (con un Adam Levine errático, lo que nadie pudo anticipar), Ozuna o Denise Rosenthal cumplieron con sus espectáculos, además de pronunciarse sobre la situación sociopolítica y las luchas feministas, como lo hizo Fran con su guiño a Lastesis. A personajes mediales derechones como Vasco Moulián o Checho Hirane, todo esto les pareció una ordinariez izquierdista. En 2021, con la emergencia sanitaria a punto de cumplir un año, el COVID sí tumbó al evento viñamarino: no hubo chance alguna de rediseñarlo ni con presentaciones a distancia, como sí ha ocurrido en premiaciones u otras instancias en el resto del planeta. Ya estamos en septiembre, y se abrió por un rato la chance de retomar la cuestión festivalera, con el rumor dando vueltas de que Paloma Mami sería confirmada. Pero a la luz de las últimas informaciones, ya no es un misterio que en 2022 el Festival de Viña tampoco podrá organizarse, ya que ni la Municipalidad encabezada por la alcaldesa Macarena Ripamonti ni la gente de TVN y Canal 13 están dispuestos a concretar aquello. No hay garantías para recibir a una cantidad determinada de gente en la Quinta Vergara. Lo de Viña siempre ha sido una instancia popular y cuestionada, por la utilización que la dictadura pinochetista hizo de ella en los años 80, por el desfile de personajes bizarros, por la repetición de muchas figuras (Miguel Bosé -hoy negacionista del COVID, con la voz hecha pedazos, snif-, Marco Antonio Solís -al día de hoy realizando la gira de reunión de Los Bukis-, Raphael, Luis Fonsi, Ricardo Arjona; ¿quieren que siga?), por la contextura como show para la TV, etcétera. Y en los años donde Chilevisión fue quien tuvo los derechos de transmisión, se introdujo algo más sabroso: la pasada en vivo de la Gala desde el Casino Enjoy, que muy imitación de las alfombras rojas o multicolores gringas será, pero era tan adictivo como una barra de chocolate suizo. Si usted, querido lector, todavía se acuerda de K3l Calderón usando botas Balenciaga, o de Vesta Lugg con un traje Carolina Herrera, o de Tonka Tomicic usando un Roberto Cavalli, o de Josefina Montané blanca y radiante, es que la Gala de Viña le gustaba mucho. Contradiciendo aquello que inmortalizó Antonio Vodanovic, ex animador y productor de la cita histórica, Viña por segunda vez consecutiva no tendrá Festival. Ya veremos si en 2023 regresa. O tal vez no.
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