CRÓNICAS HERTZIANAS: Palma y Borghi salen jugando en el mediodía de la Futuro

El filósofo alemán Theodor Adorno dijo alguna vez que tras el horror de Auschwitz no se podía escribir poesía. Se equivocaba, ya que incluso en estos tiempos donde nos volvemos locos con Dua Lipa, Bad Bunny o el TikTok todavía se escribe poesía. Hace unos años, rondaba por mi mente un pensamiento parecido, cargado de una pena nada gratuita: que tras la muerte de Eduardo Guillermo Bonvallet hablar de fútbol estaba de más, no iba a ser lo mismo sin el Gurú. Que Chile ganara la Copa América Centenario en 2016 hizo que nos olvidáramos un poco de eso, pero tras no clasificar al Mundial de Rusia 2018 ese vacío sigue apareciendo. OK, igual hay gente que ve bien el fútbol como Fernando Solabarrieta, Felipe Bianchi, Marco Sotomayor o Rodrigo Sepúlveda (los tres últimos trabajaron con el mencionado Bonvallet, menuda y feliz coincidencia), pero no hay nadie que llene ese desolador espacio. Mucho bandejero, mucho reportero, y falta algo más. Sin embargo, quiero creer que en esto de los programas "peloteros" hay un lugar que está tomando vuelo, tal es el caso de FUTURO FÚTBOL CLUB (Futuro, lunes a viernes 12:00). Esa señal conocida como La Radio del Rock (idea que diseñó a fines de los 00 el enorme Javier Sanfeliú) se la ha jugado por agregar a su parrilla programática una hora para comentar la actualidad del fútbol, incluyendo en su panel a conocidos como Nacho Abarca, Dante Poli o Waldemar Méndez, ese ex arquero que fue increpado en otra radio tiempo ha por el pintoresco Hernán "Clavito" Godoy. Ellos no son tan gravitantes, la verdad. Pero los que realmente sacan adelante la tarea en este FUTURO FÚTBOL CLUB son dos grandes personajes. Uno es Claudio Borghi, ese Bichi que fue compañero del fallecido Diego Armando Maradona en la Selección Argentina y que fue técnico de Colo Colo entre 2006 y 2008, ganando cuatro torneos locales y llegando a la final de Copa Sudamericana (se perdió con el Pachuca). El otro es Claudio Palma, relator que en algún momento fue ninguneado por sonar como los argentinos o por carecer (supuestamente) de personalidad, pero que con el tiempo fue tapando bocas, entreteniendo y emocionando con cada partido que relataba, entre ellos la primera Copa América ganada por la Roja en 2015, la del penal de Alexis Sánchez. El Negro decía esa vez que no vibraba con la ópera ni con el ballet ni con la pintura, sino con el juego de nuestros campeones. Ya ha quedado demostrado que lo de Palma es el alto arte (Javiera Mena dixit) del relato que remece al pueblo. En este programa él es un conversador que te introduce en lo que va pasando y puede dejarte enganchado con facilidad, mientras que Borghi (no "Boryi") tiene la picardía sencilla que en sus mejores momentos queda como el equivalente verbal de sus rabonas inolvidables. No es perfecto, pero FUTURO FÚTBOL CLUB se acerca a eso que puede gustarnos, el esfuerzo por reencantarnos con los entretelones de la pelotita. ¡Nada más!