INFOLIOS DE ESTE TIEMPO Y OTROS: los hechizos de la Bruja Mon

A alguien le debí haber leído que uno de los mejores consejos para acercarse a la alegría y la creatividad es leer libros para niños. A mis casi cuarenta no he desestimado aquello, y agarré un tomo de la española Pilar Mateos, quien ha recibido muchos reconocimientos como guionista de radioteatros para la RTVE y por su talento al crear historias destinadas a los infantes. Un buen ejemplo de eso es LA BRUJA MON (SM, 1984), que consiste en cuatro cuentos escritos en verso libre donde la protagonista es esa vieja brujita enojona y traviesa. Empieza con "La rana", donde ella entra en una tienda de videos y se queda mirando un clip cualquiera (¿en MTV? ¿VH1? Ojalá no fuera HTV). Una niña pasa y la pisa sin querer, pero la bruja se molesta igual y la transforma en rana, tras lo cual intenta sacársela mientras paga multas de sus ahorros saliendo del paso. "La apuesta" va sobre cuando ella quiere demostrarle a su amiga Pirula que puede hacer cincuenta juegos de magia, algo que consigue pero no se nota; ¿será que esto es como el gatopardismo de Lampedusa? "El reloj" muestra a esta Mon ambicionando tener el mejor reloj posible, y va preguntando a quien se cruce si tiene uno realmente bueno. Para el final queda "El eco", o cuando la bruja se aburre de portarse bien (será algún tipo de síndrome de abstinencia, digo yo), no podía hacer ningún hechizo y de pronto se encontró con su propio eco en la cueva, creyendo que era la voz de alguien que se burlaba de ella. Pasa que cuando se hacen ciertas travesuras hay algo que delata a quien las emprende, o un error da cuenta de la naturaleza descabellada de esos actos. Para SM, LA BRUJA MON es un best seller de marca mayor. Y no se olviden nunca de sus palabras mágicas: Tufa, cotufa, trucalatrufa./Chiris, chirabo, chiridinabo./Mala, malico, maladapico.