MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: la eterna historia de la mesa del computador mojada

Hay historias que se repiten una y otra vez en el recorrido cotidiano.

Una de ellas es la de cuando uno pide un computador para hacer cosas como postear esto mismo, y el módulo tiene su mesa mojada. Me pasó una vez en un local de Esperanza, cerca de la Alameda, y realmente era mucho el chorreo de cerveza que debí contener con papel de diario. Hoy se repite eso, pero en menor medida acudiendo a un lugar aledaño a Plaza de Armas. Quedan las latas de Baltiloca y de bebida blanca. Se usa en este caso papel de un taco que ocupo para anotar los mandados del trabajo, o los versos que nacen libres y silvestres en cualquier momento; algunos de ellos se pueden leer en este blog. No hay por qué mosquearse. Ahora escucho el RADIOTRANSMISOR (Sonar FM) del querido Alfredo Lewin (aunque hay algunos que lo apalean por ser rostro de una compañìa de celulares, o por promover Lollapalooza, o por seguir comportándose como cuando estaba en la MTV; ya decían que no se puede ser monedita de oro). Ahora pienso que el sol se desmadra pero me puede ayudar a secar la ropa que podría lavar. Ahora es cuando.