PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: un huésped pirado dando vueltas

MIKE PATTON
Adult Themes for Voice
(Tzadik, 1996)

/HARSH NOISE VOCAL/ No cualquiera se dedicaría a tomar el té nocturnal escuchando un disco de ruidos y más ruidos. Bueno, yo lo hice degustando un artefacto que Mike Patton, ídolo total en el grueso de sus intervenciones, sea en Mr. Bungle, Faith No More (para 2015 prometen disco nuevo, habrá que cobrarles la palabra), Tomahawk, Fantômas (con ellos vendrá en diciembre al RockOut Fest), Peeping Tom, Maldoror (junto a Merzbow, dios japo del ruido extremo) o Lovage, sea versionando canciones italianas o dirigiendo su sello Ipecac (donde aparte de sus cosillas le ha dado tribuna a gente como Dälek, Sensational, Kid606 o Mouse on Mars). Al punto que una vez alguien rayó en una pared de Matucana eso de que Patton is God. Justo después de haber despachado con FNM el KING FOR A DAY... FOOL FOR A LIFETIME (1995), su amiguete John Zorn (personaje incontinente; conseguir los discos que saca es una tarea que te la encargo) le da carta blanca para sacar material en su label Tzadik. Así es como nuestro protagonista saca a la luz una serie de grabaciones hechas en distintos cuartos de hoteles elegantes alrededor del planeta, usando una grabadora Tascam de cuatro pistas, la cual le ayudó para intervenir gritos, gruñidos, vocalizaciones a pito de nada, golpeteos de micrófono, pitidos -en fin, toda clase de expresiones enfermizas que se pueden esperar de un huésped pirado dando vueltas. Para el que no se familiarice con el personaje ni por angas ni por mangas puede resultar un material fastidioso, inconexo e innecesario. Para el habitual fiel a lo que sale del ala ruidista extremista será como zamparse un frasco de Nutella sin culpa alguna. Para el que venere a Mike Patton, estas 34 pistas en 43 minutos (¡capicúa!) serán la reconfirmación del oriundo de Eureka, California como un espíritu muy inquieto, capaz de jugar con el lado insano de la realidad, su reverso renegado. No fue el único disco que Patton sacó en Tzadik, pues en 1997 repitió entregando PRANZO OLTRANZISTA, experimento inspirado en textos de los futuristas italianos y en recetas culinarias del mismo origen.