01 noviembre, 2014

MINIMALIAS Y MAXIMALIAS: de cupcakes, cuchillazos y la mejor K3l posible

Cierto es que en las películas anteriores de los Hermanos Badilla hay varios elementos comunes: ambiente ultracuico hasta la náusea, un protagonista que quiere puro agarrarse a una rubiecita, un catálogo de frases políticamente incorrectas o cerca de ello, presencia de rostros más vinculados con la tele que con el cine, muestra de productos que pusieron sus lucas en la obra... Cosa de fijarse en EL BABYSITTER (2013) o MAMÁ, YA CRECÍ (2014). Y ahora que MALDITO AMOR (también de 2014) llegó fresquita, con estreno previo en el Festival de Sitges (en tierras españolas), uno sabe a priori lo que va a ver. Te la dan mascada. Aunque esta vez hay detalles adicionales que se relacionan con el mundillo del cine terrorífico, citando a John Carpenter, Dario Argento o Mario Bava; durante esta historia hay un personaje que tapa su rostro con una máscara blanca y va utilizando distintos métodos para masacrar a sus víctimas. Eso ocurre mientras Arturo, el personaje de Sebastián Badilla, intenta conquistar el corazón de María Elena (la modelo Trinidad de la Noi), rucia emparejada con un mago (encarnado por Nicolás Luisetti). Para eso le pide ayuda a otra señorita: Beatriz, personaje que interpreta K3l Calderón. La trama avanza, las dosis de Limón Soda y Crush no dejan de aparecer o de beberse y el asesino (que hacia el final en realidad es asesina, pero mejor no develar el resto) sigue su camino asfixiando con un cupcake en su boca a la madre de María Elena (Katty Kowaleczko), cortándole la cabeza a la bibliotecaria del colegio (Vanessa Miller) o ahogando en la bañera a Tina (Steffi Méndez) en una secuencia que me recuerda un poco el video para "Stupid in the dark" de Xiu Xiu. Se cruzan por ahí figuras de otros ámbitos, como el tenista Nicolás Massú, el matrimonio de los conductores televisivos Diana Bolocco y Cristián Sánchez (ellos, ja, the first of the gang to die, en una escena inicial con The Jesus and Mary Chain de fondo, donde se ríen de las pelis de terror y de las chilenas también, diálogo simpático) y el comentarista deportivo Milton Millas (¡Milton, no estoy hueveando!). Lo mejor de MALDITO AMOR está en los diálogos de Sebadilla con una K3l que realmente aquí consigue lucir de maravillas, sin dejar de ser la de siempre; también en la música incidental, excepcional tanto en los momentos pop como en los minutos donde la muerte anda al acecho, gentileza del griego Vercetti Technicolor, personaje al que cualquier amante de los pasitos más underground de la electrónica (que hoy no todo es "Animals" (Martin Garrix), Nervo o Afrojack, eh) debería seguir. Lo peorcito es el rendimiento de Trinidad de la Noi, que es linda linda pero sus intervenciones son muy pecho frío, muy arquetípicamente pelolais sin trascender; lo mismo pasa con Nicolás Massú cuando le toca actuar con la Miller, total si lo queremos es por su gran triunfo olímpico en Atenas 2004 que hizo llorar a Fernando Solabarrieta. Y lo más curioso es que Fernando Larraín encarna al padre de Beatriz, el personaje de la propia Raquelita. ¿Por qué curioso? Porque hace 3 años K3lcita trabajó con su hermano Nicolás en Caiga Quien Caiga, experiencia que acabó mal: el Larraín de la voz ronca echó al agua en una entrevista a Raquelita. Y ahora sale en esta película con el otro, el que fue Tito en CASADO CON HIJOS (Mega la sigue repitiendo). ¿Me gusta MALDITO AMOR? Sí, más que las anteriores de los Badilla. ¿Sale rica rica la K3l? Todo el rato, como para imaginar un atraque. ¿La vería de nuevo? Por supuesto, sea yendo al mismo cine o cuando la den en TV abierta.

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