PAPELERÍA (o poesía): Restauración del ocio

¿Qué hemos hecho con el ocio? Lo despojamos
de su majestad caminante rodeada
de árboles cantando ideas locas sin
más norte que saborear su propio sur desde
rincones varios, lo hemos remojado
en sidra dudosa, llevado en andas
hacia esquemas burdos donde resuenan
cánticos vacuos y no hay intercambio
de sílabas parpadeando por reencontrar
al humanoide deseoso de rearmar las paseos
o de reivindicar una nada
(de la que -se nota- huyen varios por
imposición canónica indecible)
que se escribe con todo, se saborea con todo
y levanta imposibles catedrales
que sirven de refugio antediluviano
mientras las lógicas exteriores tienden a fracasar.