29 marzo, 2012

PUNTEOS, LOOPS Y DEMASES: los primeros guitarrazos de Foo Fighters

Faltan tres jodidos días para que Foo Fighters, la banda que el buenazo de Dave Grohl mantiene desde que Nirvana (trío donde figuraba como baterista) pasara a mejor vida tras el suicidio de Kurt Cobain (del que pronto se cumplirán 18 años, caramba), aparezca por el Parque O´Higgins en el cierre de la segunda versión local de Lollapalooza. Será la primera vez que los responsables de WASTING LIGHT (2011) tengan contacto con el público chileno. Para preparar los ánimos, qué mejor que revisar acá los dos primeros trabajos de esta formación, cuyo nombre viene de unas luces supuestamente extraterrestres que se detectaron durante la Segunda Guerra Mundial.

Sea como sea, lo de estos luchadores es rock de este mundo, es una aplanadora fiera y emotiva a la vez. Debutaron con el álbum FOO FIGHTERS (Roswell/Capitol/EMI, 1995), donde la masa sonora expuesta tenía un relativo apego al tejemaneje nirvanero, si pensamos en el singlazo "This is a call" o en la muy agresiva "Weenie Beenie", o se miraba en el espejo de Dinosaur Jr., algo que se ejemplifica en el ya clásico "I´ll stick around" y en el cierre de distorsión robusta que es "Exhausted", dejando también en el camino la belleza de "Big me" y "For all the cows", o la frontalidad pop punk de "Alone + easy target". Suficientes credenciales para relamerse. THE COLOUR AND THE SHAPE (Roswell/Capitol/EMI, 1997) es mucho más completo: toma vuelo con un anticlímax como la breve balada "Doll", se desboca con "Monkey wrench" (acuérdense del video del ascensor), mantiene el aliento con matices en "Hey, Johnny Park!", usa el comodín más impredecible en "My poor brain" (muy buen título), crea un himno para corear con el puño en alto llamado "My hero", se aliviana positivamente mediante "See you", retoma el galope extremo en "Enough space", busca la papeleta emocore mirando hacia las "February stars", entrega una estampa precisa de riffs trascendentes como "Everlong" (tal vez la mejor canción de Foo Fighters ever, valga la redundancia; sus ecos son tan potentes que uno cree pillarlos en el español Fernando Alfaro, cosa de oír "La mente del monstruo" de Chucho), busca su particular ruta de la seda en la acústica "Walking after you" (canción de amor obseso que más tarde se regrabó para el soundtrack de la peli de LOS ARCHIVOS SECRETOS X) y encuentra un "New way home" donde el color y la forma son un todo valedero, un lienzo pintado con pasión, la que el amigo Grohl siguió poniendo en otros discos como ONE BY ONE (2002) o el doble IN YOUR HONOR (2005). Algo de eso seguro estará en la pasada dominguera de estos héroes experimentados, desde las 20:30.

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