PAPELERÍA (o poesía): Posverdad

-Juro decir la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad -eso
solíamos escuchar en ceremonias pomposas en que se ponía la mano
en la Biblia. Hoyporhoy hay quienes buscan detrás de las verdades verdaderas
otras verdades que nos presentan como verdaderas, empapadas en
secreción hormonal, con un barniz espeso que abiertamente engaña al oyente,
invita a creer en ellos. Así los mitos infames del lavatorio
o las teorías regadas con ron ultrabarato de alcantarilla se convierten
en versiones validadas por las antenas chillonas y las portadas amarillas
o amarillistas a precio de ganga. Despierten, lectores,
de ese trance que los masturba*, no busquen la verdad detrás de la verdad cuando
ella se desvanece en el camino y se convierte
en una mentira con las patas cortas. Dice la gente
que nadie tiene la verdad absoluta
que sólo somos dueños de nuestra verdad
y Dios (o el Diablo o quien sea) tiene la última palabra. La posverdad
es una vil pajolería.



*La Ley, "Cielo Market"